Especulaciones sobre el mundo desde América Latina
94 El objetivo de este trabajo es analizar esta ambivalencia en el siglo XXI, que con el “giro a la izquierda” trajo la renovación de los proyectos de integración y los idea- rios regionalistas (Hernández Nilson, 2019). El análisis se enfocará en discursos seleccionados de dos presidentes de distinto signo político: la argentina Cristina Fernández (2007-2015) y el chileno Sebastián Piñera (2010-2014; 2018-2022). El tra- bajo primero narrará como, en sus discursos, Cristina Fernández fortalece la legi- timación de su gobierno a través de entrelazar Argentina y América Latina en una lucha conjunta por la soberanía y la emancipación social. La unidad de los líderes de izquierda emerge como un factor clave en defender los intereses nacionales y continentales. Seguidamente, el trabajo se centrará en cómo Piñera yuxtapone los logros y avances chilenos con los problemas de la región. El difícil contexto regio- nal resalta el desarrollo de Chile, mientras que suaviza sus dificultades. Finalmente, en la última parte se analizará cómo, en ambos líderes, las nociones de región y nación se confunden y entrelazan. A pesar de las fuertes diferencias en el grado de continentalismo entre ambos líderes -más acentuado en Cristina Fer- nández- es notorio que las identificaciones no son estáticas. Estratégicamente, y dependiendo de la ocasión, Cristina Fernández y Sebastián Piñera fluctúan dentro de una escala de identificación con sus Estado-nación y el continente. América La- tina suele emerger cuando se confrontan visiones sobre los factores estructurales que han marcado las trayectorias modernizadoras latinoamericanas. Contexto histórico Según Gellner (1983), el nacionalismo es “un principio político que apunta princi- palmente a que coincidan una unidad política con una unidad nacional”. La nación, entendida como una “comunidad imaginada” (Anderson, 1983) encuentra expre- sión política en la formación de un Estado que responda a las ideas e intereses de ese grupo. Pese a lo difuso que esto puede resultar, el nacionalismo ha sido un fenómeno clave en la historia de los últimos siglos, particularmente por su flexi- bilidad para combinar ideas, políticas y sentimientos en variedades de contextos modernos (Breuilly, 2013: 14). Rápidamente, posibilita que los individuos de un Es- tado identifiquen amigos/enemigos y se inserten en la política de masas (ibid.). Permite crear en los habitantes “una solidaridad política para alcanzar un objetivo común” (Alter, 1994). Por otro lado, en las últimas décadas se ha profundizado un proceso de regiona- lización del mundo. Las regiones y el regionalismo han adquirido protagonismo mientras los Estado-nación y los nacionalismos han reaccionado de manera di- ficultosa en su adaptación a los avances de la globalización (Hettne et al . , 1999; Hettne & Söderbaum, 2007). En los noventa, sobre todo, algunos autores llegaron
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