Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

84 En concreto, la posición de centro no es el único elemento que dista de la lectura original de la teoría de la dependencia, pues hoy los medios para generar riquezas se han diversificado de modo que la renta por intangibles tiene un lugar relevante, y factores como la inscripción de patentes y recursos derivados de la propiedad intelectual se ubican de manera importante en el mercado global centralizado. De estos retos contemporáneos arranca la necesidad de implementar un modelo de desarrollo que, entre otras cosas, “estimule un modelo de inversión favorable a la innovación y el cambio estructural” (CEPAL, 2016, 5). A su vez, esto entrega a la innovación un lugar predominante dentro de las expectativas para el desarrollo y surge entonces la contradicción entre la transformación del conocimiento en valor y el valor del conocimiento como mercancía” (Sánchez Noda, 2009, 27). No obstante, contrario a la opinión generalizada, quienes perciben las ganancias de los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) no son quienes crean, sino quienes gestionan dicha creación. Por este motivo, la promoción de la PI es ampliamente discutida, sobre todo cuando se alude a su capacidad para promover la innovación (Espinoza y Jackson, 2019). Desafíos y oportunidades Recientemente la economía y el mercado han disminuido sus esfuerzos por inver- tir en bienes físicos para volcar sus iniciativas hacia la inversión de intangibles, en capitales protegidos por los DPI. Si bien para algunos es una novedad, ya en las décadas de 1960 y 1970 autores como Alvin Toffler y Daniel Bell pensaban en un futuro “post-industrial” donde los bienes intangibles en el mercado (Haskel y Westlake, 2018) harían del conocimiento “un factor clave y distintivo que permite transformar insumos en bienes y servicios con un mayor valor agregado” (Bell, 1976). Este primer acercamiento tomó peso con la masificación del internet en los ‘90, incorporando el conocimiento como un elemento esencial en el crecimiento económico y promotor del bienestar social (Font, Ruiz, Lazcano, 2015). Por recordar ciertas observaciones pasadas, en 1987 Theotonio Dos Santos advir- tió que el capitalismo había sintetizado “el desarrollo del sistema productivo con el desarrollo del conocimiento humano sistemático” (7). De esta manera, la pro- ducción capitalista había transformado sus modos de producción anteriores apli- cando los conocimientos tecnológicos y científicos a la producción y sus procesos, generando nuevas formas de acumulación del capital y monopolios (Dos Santos, 1987).

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