Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

70 agenda internacional de los derechos humanos (16). En este contexto complejo, la síntesis dinámica alcanzada a partir de las diversas interpretaciones sitúa hoy al “desarrollo en transición”, según Alemany y Herrera, como “una quinta categoría para la cooperación al desarrollo” (28). Ello en tanto los países graduados siguen siendo –en mayor o menor medida– receptores de CID, tanto de donantes tradicionales como de nuevos socios, lo cual reafirma la idea de que aquella no responde a criterios unívocos y absolutamente objetiva- bles, sino que involucra un conjunto variable de motivaciones diversas. En efecto, el interés de algunos de los primeros, como la UE, en mantener la cooperación con países graduados ha catalizado en la creación de instrumentos innovadores. En resumen, puede afirmarse que las acciones de incidencia impulsadas por Chile y Uruguay, en el marco de su graduación, se han traducido en una toma de con- ciencia cada vez más general sobre los desafíos existentes en esta materia. Sin perjuicio de las reticencias iniciales de muchos de los socios cooperantes y, en particular, del organismo rector en lo que refiere a la definición de AOD, la mul- tidimensionalidad y la urgencia de los retos para el desarrollo sostenible en la actualidad tornan impostergable la revisión de los criterios empleados para la medición del fenómeno y para la participación en los esquemas cooperativos que lo promueven. El repaso realizado también muestra la importancia de la acción cooperativa y coordinada entre los países en desarrollo, así como su asociación con otros actores estratégicos, para favorecer la acogida de sus problemáticas es- pecíficas a nivel internacional y facilitar su abordaje en un ámbito que sea todo lo participativo, abierto y transparente posible. Reflexiones finales El presente artículo pretendió reflexionar sobre la comprensión del desarrollo en la actualidad y su materialización en el sistema de cooperación internacional que pretende promoverlo. El hecho considerado como punto de partida a estos efectos fue la graduación de la AOD de países que, como Chile y Uruguay, aún enfrentan desafíos estructurales que justifican la continuidad de su participación en estos esquemas. Dicha categoría, si bien ha tenido algunos ajustes en su conceptualización, ha mantenido vigentes sus elementos constitutivos durante el último medio siglo, independientemente de las transformaciones experimentadas por el sistema in- ternacional. Sin embargo, en un contexto signado por la vigencia de la Agenda 2030 y la concepción del desarrollo como un proceso multidimensional y continuo, la consideración de un umbral arbitrario de ingresos como único criterio de elegi-

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