Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

68 alineado con la conceptualización y medición multidimensional del bienestar que promueven” (Vignolo y Van Rompaey 14). Mediante diversas acciones, el Centro facilitó espacios de reflexión multiactor sobre un nuevo concepto que estaba co- menzando a emerger de la discusión sobre esta temática, el de “desarrollo en tran- sición”. En el informe sobre las Perspectivas económicas de América Latina 2019, dicho con- cepto es presentado, no solo como una categoría analítica, sino como una estra- tegia “para apoyar el avance de América Latina y el Caribe hacia un desarrollo incluyente y sostenible” (OCDE et al. 25). Ello implica una reflexión sobre el pro- pio concepto de desarrollo y, en consecuencia, sobre las políticas necesarias para avanzar hacia mayores niveles de bienestar y cuál debe ser el rol de la CID en ese marco. Si bien su alcance no se encuentra del todo definido, en tanto se trata de una discusión relativamente reciente que está aún en curso, este enfoque “reivin- dica el desarrollo como un proceso, más que como un punto de llegada, defiende una mirada multidimensional del bienestar frente a las visiones simplificadoras centradas en el ingreso, y pone atención sobre la agenda prioritaria de la coopera- ción” (Costafreda y Cortés Sáenz 7). El punto de partida está dado por la constatación de que los países de América Latina y el Caribe, si bien han alcanzado niveles más altos de ingreso per cápita, continúan enfrentando desafíos relevantes en materia de desarrollo (asociados, por ejemplo, a la productividad, la cohesión social, el medio ambiente y las insti- tuciones) que, además, se han visto agravados como consecuencia de la pandemia del COVID-19. En este marco, el enfoque del desarrollo en transición resalta la ne- cesidad de fortalecer las capacidades institucionales internas para la formulación de mejores políticas públicas y la captación de mayores recursos para financiar el desarrollo. Un aspecto central está dado por la adopción de modalidades de CID innovadoras que promuevan la constitución de alianzas multiactor entre países con distintos niveles de desarrollo, orientadas hacia la superación de desafíos tan- to específicos como comunes, mediante la provisión de bienes públicos regionales y globales (OCDE et al. 3). En pocas palabras, “el enfoque de desarrollo en transición considera el desarrollo como un proceso multidimensional e ininterrumpido, que no termina cuando los países alcanzan un determinado nivel de ingreso per cápita y que continúa en las varias dimensiones hasta que los logros sean sostenibles” (CEPAL, Desarrollo 73). La traducción de este planteo a nivel de gobernanza del sistema de CID implica, por lo tanto, eliminar la graduación, por constituir ésta un mecanismo de exclu- sión de los países de dicho sistema únicamente en función de su nivel de ingreso. En su lugar, se propone la adopción un enfoque gradual o de “gradación”, que im- plica la utilización de

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