Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

30 entiende a sí misma como un movimiento social (en un sentido figurado y literal de la palabra) ya que no sólo opera por sobre los marcos institucionales y la decisión individual, sino que define a ambos (2005, 114-115). Esta forma de dimensionar la migración repercute inmediatamente en un nuevo entendimiento de la política migratoria: si antes se consideraba a la exclusión, es- tigmatización y discriminación como simples efectos colaterales contenidos en un código integrador perfectible; bajo el enfoque de la Autonomía de las Migraciones , en cambio, una política migratoria busca, en su sentido más sustantivo, reapro- piar al Estado de su poder soberano sobre el movimiento poblacional (Mezzadra, 2005, 147-148). De acuerdo con el autor, el modus operandi estatal se basa en la generación de su autoridad soberana mediante la institución de regímenes legales de ciudada- nía. Mezzadra introduce algunos elementos teóricos de la tradición del marxis- mo autonomista italiano –de la cual forma parte— para dimensionar cómo en la configuración de un régimen migratorio se instituye el control de fronteras. De acuerdo con el autor, las operaciones de control producen una escisión entre prác- ticas subjetivas y vida cotidiana para instaurar una visión unidimensional de la migración. Estas operaciones son conceptualmente atribuibles a la disputa entre trabajo abstracto –entendido como la facultad garante de control sobre el trabajo libre y de la acumulación de su producción de riqueza— y el trabajo vivo – entendi- do como su potencial libre– desarrollada en el seno del Estado burgués (Mezzadra & Neilson, 2017, 36). Para Mezzadra, la disputa entre el movimiento migratorio y su control instituye un punto de vista epistémico-metodológico privilegiado para el estudio de la expansión y contracción del campo de acción estatal y sus dispo- sitivos monopólicos de poder y violencia; también para las luchas migrantes que contestan la soberanía del Estado a partir de su capacidad de ejercer sus derechos en la práctica (2017, 30). Asimismo, el concepto de la frontera, entendido como un dispositivo capaz de ad- ministrar a la migración en clave política, pone énfasis en la relación simbiótica que existe entre Estados nacionales y los distintos procesos de globalización capi- talista (Mezzadra & Neilson, 2017, 22). En efecto, al analizar la dinámica constante de transformación o proliferación de fronteras —desechando la idea clásica de que estas corresponden a espacios metafísicos de la cartografía mundial—, so- mos capaces de encontrar un ángulo estratégico a través del cual medir la reorga- nización espacial del mercado de trabajo y mercancías. Es decir, problematizar la frontera nos permite una comprensión más detallada de la “destrucción creativa” del capitalismo contemporáneo, de su expansión y contracción. De esta forma,

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