Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

29 ción internacional no sigue al pie de la letra las dinámicas del mercado laboral, ni de la oferta-demanda, ni de la reserva de mano de obra. En cambio, los Estados in- tentan controlar y estandarizar el movimiento internacional para que este se ajus- te a sus modelos de reproducción de ciudadanía y mercados. De esta forma, los investigadores concluyen que las migraciones actúan con lógicas sustantivamen- te autónomas a la racionalidad económica y estatal, y también que los migrantes son capaces de responder a las lógicas de control con solidaridad y cooperación: Los flujos migratorios, una vez iniciados a la escala masiva presen- ciada en los últimos treinta años, han dado lugar a un entramado de interdependencias. La tubería por la que pasa la inmigración no puede cerrarse tan fácilmente como se abrió. La acentuación de la integración económica, la complejidad de las solidaridades políti- cas multilaterales, las comunicaciones entre diversas reservas re- gionales de mano de obra, así como su carácter más familiar, cons- tituyen otros tantos factores permisivos para la prosecución de las migraciones internacionales a pesar de los bloqueos impuestos en los años setenta. (Moulier-Boutang & Garson, 1984, 592) 1 . Esta crítica será retomada a comienzos del siglo XXI por el teórico italiano Sandro Mezzadra en su propuesta teórica de la Autonomía de las Migraciones. Para Mez- zadra, el ‘exceso’ que representa la migración respecto de las determinaciones estatales o mercantiles, constituye un perfil subjetivo que es capaz de trascender la abstracción categorial con la que se aborda la migración desde el Estado (2005, 110). Por su parte, el Estado y el mercado en su condición de estructuras de poder soberano-totalizante, inevitablemente representan este ‘exceso’ subjetivo como crisis. Por lo tanto, para ambas estructuras la migración es un problema que debe ser controlado. Es en la colisión entre movimiento subjetivo y poder institucional, que Mezzadra afirma una conjetura del trabajo de Moulier-Boutang y Garson (pero que incluso es rastreable en estudios sociológicos de mediados de siglo): la migra- ción debe ser pensada ella misma como productora de la condición de la ciudada- nía y la soberanía estatal, pues es, antes que todo, un hecho político que fuerza a definir los marcos legales a partir de su presencia ‘herética’ en el espacio nacional (Sayad, 2014, 55). En efecto, para Mezzadra el ‘exceso’ de la migración implica que esta es, de suyo, una acción colectiva que confronta a poderes institucionales y se 1 Traducción propia .

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