Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

19 por una aguda crisis política e institucional, que trae aparejado el surgimiento de numerosos movimientos sociales y nuevos partidos de izquierda que muchas ve- ces fueron críticos de las políticas llevadas a cabo por parte de algunos gobiernos progresistas, no siendo escuchados y muchas veces hasta reprimidos (Svampa 126; Weyland, Madrid y Hunter). Por contrapartida, aquellos sectores predominantes en la década de los 90’, liga- dos a la derecha conservadora y neoliberal, comenzaban a rearticularse bajo las mismas recetas fallidas que dieron pie al surgimiento de la Marea Rosa. En tal sen- tido, aprovecharon este momento de crisis marcado por un estado de incertidum- bre, confusión y descontento generalizado de la población en muchos países, para pasar nuevamente a la “ofensiva” bajo una política que Sztulwark describe como “securitista”. Esto significa, una agenda cuyas características se enmarcan en un esfuerzo agresivo tendiente a la defensa de un privilegio o supremacía –social, ra- cial, nacional, sexual, étnico propietario– que se percibe como amenazada, ya sea por la profundidad de la crisis o por la fragilidad de las estructuras sobre las cuales se sostiene. En efecto, se trata de una reacción paranoica y, hasta cierto punto, exhibicionista, decidida a proteger activamente lo que se cree en peligro, ya que el objetivo no es atacar o transformar el orden social imperante, cuyas caracterís- ticas están en la marginación, exclusión y la explotación. Al contrario, se podría decir que la búsqueda supone un regreso a un estado anterior de cosas, apelando a un quiebre de determinados consensos establecidos en términos de Derechos Hu- manos, políticas sociales y de reconocimiento, empujadas en el ciclo progresista. En tal sentido, lo planteado por Corey Robin en su análisis respecto a los movi- mientos de derecha en el mundo, concluye que estos vendrían a ser una conti- nuación, más que una ruptura radical con el conservadurismo tradicional, ya que emergen bajo una férrea defensa de las jerarquías sociales de todo tipo: clase, gé- nero, razas, etnias. Emerge así una reacción a la posibilidad de la pérdida de un privilegio, de los frutos de relaciones de explotación y dominación y de un superior prestigio y orden que esos sistemas jerárquicos traen aparejados. En la actualidad los movimientos de derecha en la región han adoptado una es- trategia agresiva y con un carácter fuertemente reaccionario, buscando subvertir agendas y demandas impulsadas por las izquierdas, grupos subalternos (mujeres, indígenas, movimientos de la diversidad sexual, entre otros) y movimientos socia- les (Solano, Bringel y Álvarez-Benavides). A lo anterior se suma una característica que forma parte de los cimientos ideológicos de estos movimientos a lo largo de las últimas décadas, que dice relación con un marcado anticomunismo atávico -en muchos casos- propio de sus vínculos ideológicos con los pasados dictatoriales de la mayor parte de los países de la región.

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