Especulaciones sobre el mundo desde América Latina

128 que es previa a los Estados nacionales, y que no dejen de serlo hasta hoy, como lo muestra la permanencia de graves conflictos en el presente. Volviendo al siglo XX, hace casi ochenta años, el 1 de septiembre de 1939 se inició la Segunda Guerra Mundial con la invasión del ejército Nacional Socialista alemán a Polonia. Un proceso de ascensión del fanatismo nacionalista que capitalizaron los líderes del partido Nazi, particularmente el carismático Adolf Hitler, quien pasó a la historia por implementar una doctrina de aniquilación (la denominada solución final) s ustentada en la pureza de la sangre. El racismo es algo que ya veíamos perfila- do desde el período colonial americano, pero acá desatado en un momento de mun- dialización mediática, donde la radio o el cine, por ejemplo, crecen en alcance tras ambas guerras mundiales. El horror podía relatarse por radio y conocerse a través de la prensa. No obstante, la reiteración del par racismo-guerra y no su invención por parte de los nazis, fue denunciado por el martiniqueño Aimé Césaire cuando, en su Discurso sobre el colonialismo (1950), recriminó a los europeos el espanto con que reaccionaban a los crímenes de Hitler y la ausencia de este si se trataba del holo- causto africano e indígena provocado por el colonialismo europeo desde el siglo XV. Como sea, la Segunda Guerra Mundial fue un cataclismo histórico que generó debates y propuestas teóricas de relevancia para comprender el despliegue de la guerra en el mundo contemporáneo. Una autora clave fue Hannah Arendt, para quien la guerra es la máxima institucionalización de la violencia. En su libro Sobre la violencia (1970), se dedicó a tratar cómo esta repercute en el ejercicio de la polí- tica y el despliegue de los individuos en las sociedades 9 . Ella señalaba que: “Nadie consagrado a pensar sobre la Historia y la Política puede permanecer ignorante del enorme papel que la violencia ha desempeñado siempre en los asuntos hu- manos, y a primera vista resulta más que sorprendente que la violencia haya sido singularizada tan escasas veces para su especial consideración” (16). La violencia desestabiliza al poder, y la escritora los enfrenta como antagonistas en el relato de la historia, rescatando que el fin de la violencia es, sin duda, la victoria de alguna de las partes. Sin embargo, la retórica de la guerra no pasa estrictamente por una 9 Arendt es una de las fuertes inspiradoras de la Escuela Realista norteamericana, entre las posiciones de la filósofa traspasadas a esta vertiente dentro de los Estudios Internacionales está la preponderancia de la guerra dentro de la definición de políticas internacionales de los Estados, así como también la importancia de las naciones por sobre los Estados en la configuración de las comunidades de poder dentro de la política doméstica e internacional. Dicha corriente, tan debatida las últimas décadas tras la caída del muro, vive un cierto resurgimiento..

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=