Orientaciones técnicas para desarrollar una práctica docente inclusiva en las disciplinas de las ciencias sociales
En el ámbito educativo específicamente, las personas con discapacidad poseen un promedio de 11,6 años de estudio, un promedio de 9,6 años cuando su discapacidad es moderada, y de 7,1 años cuando es severa. Además, respecto al nivel educacional, se muestra que la brecha con el resto de la población se profundiza en la educación superior si se compara con los otros niveles educativos, donde sólo el 9,1% posee el nivel de educación superior completa versus un 20% de las personas sin discapacidad. Los datos presentados anteriormente, exigen indagar en una problemática mayor, que tiene que ver con que en Chile, a pesar del sostenido incremento de la matrícula en educación superior que ha tenido lugar desde la década de los ‘90, aún existen grupos socialmente excluidos de la educación. Frente a la masificación y diversificación del estudiantado, se han llevado a cabo diversas iniciativas institucionales a nivel nacional para contrarrestar la segregación y aumentar la equidad e inclusión (MINEDUC, 2017). Entre estas, cabe mencionar el programa PACE, que desde 2014 se implementa con el objetivo de asegurar cupos adicionales en instituciones de educación superior para estudiantes de origen vulnerable, y acompañar a estos/as en los primeros años, dando cuenta de la existencia de brechas de conocimiento entre el estudiantado que se perpetúan dentro de las instituciones, y que requieren un abordaje pertinente (García-Huidobro, 2006). La evidencia ha mostrado que dentro de los obstáculos que enfrentan las personas en situación de discapacidad en la educación superior, se encuentran las actitudes discriminatorias, la falta de conocimiento sobre la discapacidad y la incomprensión por parte de las instituciones educativas, sobre las necesidades de estos/as estudiantes (Salinas, Lissi, Medrano, Zuzulich & Hojas, 2014). 6
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