Orientaciones técnicas para desarrollar una práctica docente inclusiva en las disciplinas de las ciencias sociales

A continuación se detallan algunas orientaciones para conocer globalmente al estudiante: a) Indagar en la caracterización estudiantil, la trayectoria académica e historia de barreras asociadas a discapacidad Realizar una revisión de las caracterizaciones estudiantiles con que cuenta la institución para acompañamientos masivos, o bien, realizar recorrido en la historia académica de cada estudiante para atenciones personalizadas, permitirá comprender cómo el contexto educativo previo y las posibles barreras allí presentes pudieron obstaculizar el desarrollo de habilidades y estrategias de aprendizaje antes del ingreso a la Educación Superior. Asimismo, identificar aquellos factores facilitadores en su proceso educativo previo, podrían brindar información sobre posibles recursos sobre los cuales aliarse y trabajar en el espacio de acompañamiento. Por ejemplo, un/a estudiante que provenga de un establecimiento donde su aprendizaje haya ocurrido en conjunto con sus pares, desde una lógica inclusiva y con las debidas consideraciones en aula, poseerá recursos muy distintos a aquel estudiante que aprobó asignaturas sin cumplir con cierta exigencia que lo hubiese desafiado a avanzar en la construcción de sus propios aprendizajes. b) Conocer sus recursos personales, entorno social y redes de apoyo Durante el acompañamiento a los/as estudiantes, resulta fundamental tener conocimiento de aquellos recursos que podrían enriquecer sus aprendizaje: habilidades cognitivas, conocimientos previos y factores afectivos, en tanto elementos precursores de su progreso académico. Por ejemplo, un/a estudiante que cuenta con buenas estrategias de memorización auditiva debe ser retroalimentado y acompañado para orientar dichas habilidades hacia el cumplimiento del objetivo o tarea académica y para desarrollar la autonomía necesaria que le permita transitar hacia convertirse en un/a ‘aprendiz experto/a’ (Cast, 2018). Asimismo, el entorno social y las redes de apoyo, pueden proveer un sustento concreto para el cumplimiento de las demandas académicas, como por ejemplo: apoyo en el traslado diario a la universidad, acompañamiento en la realización de trámites académicos, orientación para el uso de plataformas virtuales de gestión de asignaturas, promoción del ‘aprendizaje colaborativo’ (Barkley, Major & Cross, 2008) entre pares con compañeros/as que tengan interés en aprender de la diversidad, etc. Asimismo, personas significativas son un apoyo afectivo que propicia un espacio de contención emocional, cuando el/la estudiante posea una alta carga de trabajo. c) Identificar intereses personales para el aprendizaje La variable motivacional como componente afectivo es fundamental en tanto motor del comportamiento y la disposición hacia el estudio (CAST, 2018). El interés del/de la estudiante hacia ciertas temáticas, incidirá en la orientación hacia la construcción de aprendizajes más profundos, en tanto participarán ciertos procesos cognitivos que están a la base del aprendizaje y el rendimiento académico (Biggs, 2005). A diferencia de lo observado en cátedra donde los docentes escasamente exploran los intereses de sus estudiantes; ayudantes y tutores pueden 41

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=