Policy Brief : Co-creación de conocimiento para minimizar impactos socioambientales y viabilizar la inversión: nueva normativa aplicable a una desalinización sustentable

Crisis hídrica en Chile La crisis hídrica se produce cuando la disponibilidad de agua no contaminada es inferior a su demanda debido a causas hidro-climáticas (sequías) y/o al uso social, econó - mico o ecológico (consumo humano, agricultura, minería, etc). Al 2020, Chile se ubicaba en el puesto 18 de 164 países con estrés hídrico, con la mayoría de las cuencas del norte y centro, y sus fuentes de agua, sobreexplotadas o al límite de sus capacidades 11 . Esta situación se proyecta en aumento sostenido hacia el 2050 producto del desarrollo socio-eco - nómico y del cambio climático 12 . De hecho, la actual crisis constituye la peor de la historia de Chile, representando una sequía estructural que se prolonga por doce años y que ha tenido graves consecuencias en la provisión de agua para consumo humano, especialmente en comunidades rurales, y para satisfacer riego agrícola y minería. Desalinización como aporte a la solución Los Planes Estratégicos de Gestión Hídrica, desarrollados por la Dirección General de Aguas, proyectan déficits significati - vos para suplir las demandas al 2050 en la gran mayoría de las cuencas hasta Maule. A partir de una visión sistémica se estima que la eficiencia en el uso de agua puede contribuir significativamente a re - ducir la escasez, siempre que las ganancias no se traduzcan en aumento de demanda, especialmente en el sector agrí- cola del norte y centro. Por otra parte, nuevas fuentes de agua , como la desalinización y el reúso de aguas residua - les tratadas, podrían ayudar a reducir la escasez para usos particularmente valorados, como el consumo humano y la minería. Por lo tanto, la desalinización de agua de mar se presenta como una medida de adaptación oportuna, inno - vadora y viable a la escasez y la creciente demanda, y ya se priorizó en la cuenca del Elqui. 13 Desalinización en Chile Las primeras operaciones modernas y de gran escala co- mienzan con la puesta en servicio de Nueva Antofagasta el 2003. Desde entonces, la instalación de plantas ha crecido exponencialmente dada la creciente necesidad de agua para diferentes usos, lo que ha sido especialmente importante en el norte. Hoy las unidades de desalinización se han multipli - cado, principalmente entre Antofagasta y Atacama, con una capacidad instalada de casi 7000 litros/s y con una proyec - ción a mediano plazo que triplicaría esta capacidad. Estas soluciones han sido desarrolladas principalmente para uso minero e industrial (~75% es para grandes con - sumos privados), ya que estos sectores pueden solventar más fácilmente mayores costos de suministro, los cuales se encuentran alrededor de 0.5-1 US$/m 3 (comparándose ne- gativamente con costos de soluciones convencionales de ~0.25 US$/m 3 en Santiago). Si bien existe un ~25% de agua desalinizada para uso humano, estas soluciones han sido subsidiadas, lo que presenta un desafío económico para su desarrollo. Este desafío económico se conjuga con los gran - des desafíos socio-ambientales, particularmente en comuni- dades de pescadores y acuicultores que viven cerca de estas instalaciones y trabajan en zonas marinas que pueden verse afectadas. En este sentido, la instalación de las plantas no ha requerido, en muchos casos, de reglamentaciones y de un monitoreo de impactos. Por lo mismo, es probable que los estudios de impacto ambiental no sean suficientes para prevenir los impactos, situaciones de crisis y judicialización. Por ello se debe diseñar un marco normativo que permita el desarrollo de proyectos altamente efectivos y que aumenten la resiliencia del suministro de agua con impactos mínimos y aceptables socialmente. Escasa evidencia local El proceso de desalinización no está exento de impactos ambientales. Los impactos reconocidos internacionalmente pueden variar según el lugar de emplazamiento, condiciones hidrodinámicas y características de los sistemas socio-ecoló - gicos. Usando la evidencia disponible se reconoce que los potenciales impactos pueden ocurrir en múltiples etapas del ciclo de desalinización: captación, osmosis inversa y ener - gía, agua de rechazo más químicos, y emisario de salmue - ras 14,15,16,17 . La evidencia en Chile es insuficiente. Por ejemplo, contamos con escasa evidencia que establezca cómo la devolución de salmuera afecta los socio-ecosistemas costeros locales y cómo mitigar su potencial impacto. Esta carencia de evidencia repercute en la rigurosidad de la evaluación y coincide con un débil marco regulatorio que se basa en estudios de impacto ambiental sólo cuando la inversión o la cantidad de agua des- alinizada es de magnitud. Esta situación se magnifica con los escasos sistemas de observación de nuestras costas o líneas base insuficientes que no alcanzan a cubrir las escalas espa - cio-temporales necesarias para el levantamiento de evidencia. 6 UN I V E R S I DAD DE CH I L E Vicerrectoría de Inves tigación yDesarrollo INVESTIGACIÓN INNOVACIÓN CREACIÓN ARTÍSTICA POLICY BRIEF

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