Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.

modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad 91 capítulo 4 . reflexiones finales. uno de sus actores, las diversas culturas y formas de hacer instaladas en su interior y, también, los recursos diferenciados disponibles. Asumir tales aspectos es fundamental a la hora de ver las posibilidades de instala- ción y sostenibilidad de un proceso de estas características, así como también de la comprensión de las transformaciones que es posible llevar a cabo. Esta mirada incide directamente en la definición de dimensiones a intervenir y en el alcance de los es- tándares y metas que se quieren cumplir, en tanto están enmarcados en un proceso de cambio cultural. Por otro lado, no es posible desconocer la relevancia que ha adquirido en la universi- dad la búsqueda de transformaciones sustantivas que aseguren condiciones equitati- vas para todas las personas en el quehacer institucional, en especial en lo relativo al acceso a recursos políticos y económicos. Esta discusión releva el rol político y técnico de este tipo de experiencias, porque requiere de lecturas políticas, análisis de aliados y detractores, capacidad de fijar objetivos de corto y largo plazo, y también de contar con recursos humanos, técnicos y financieros, así como de condiciones de viabilidad y sostenibilidad para los cambios producidos. Ese tipo de mirada es relevante para avanzar de forma más segura hacia transforma- ciones sentidas por la comunidad universitaria. Al menos, en esta primera fase los objetivos propuestos han sido cumplidos y sentadas las bases para seguir profundi- zando el proceso. Por lo mismo, compartir esta experiencia es fundamental, no solo para dar a conocer un modelo de transformación de las relaciones de género en instituciones de educa- ción superior, sino también para aprender en forma colaborativa y generar redes en torno al objetivo compartido de alcanzar la igualdad de género en nuestras institu- ciones. El modelo del Sello ofrece, tal como se ha dicho, una ruta para transitar hacia mayo- res niveles de igualdad. Por lo mismo, un punto relevante en su desarrollo, y en los aprendizajes que ha dejado su puesta en marcha, es la posibilidad de ser replicado en otras universidades. Por eso, su diseño tiene un carácter flexible, y los estándares y la gradualidad que supone su implementación posibilitan que cada institución de educación superior planifique un camino propio, en atención a su realidad y carac- terísticas particulares. De ahí que una aspiración implícita sea servir de experiencia que haga posible replicar este tipo de modelo en el conjunto del sistema universitario. Otro punto relevante es considerar que el modelo del Sello permite un diálogo con el conjunto de iniciativas que, en materia de género, poseen las universidades del país. Para el caso concreto de la Universidad de Chile, el Sello favorece el despliegue de la Política de Igualdad de Género y se transforma en su Plan de Acción . Por tanto, favorece el paso de lo declarativo a lo concreto. Lo mismo en el caso de otras políticas o planes en el campo de la formación, las relaciones laborales, la investigación, etcétera, que contemplan también principios u objetivos destinados a lograr mayores niveles de igualdad de género. De esta forma, tiene un sentido práctico que las instituciones de educación superior pueden considerar para vincular sus propias iniciativas en mate- ria de igualdad de género con el desarrollo del Sello y, a la vez, articular a diferentes actores (vicerrectorías, facultades, unidades), asumiendo que es más que la suma de sus partes. Un factor relevante de viabilidad, que surge como aprendizaje, es el hecho que para el caso de la Universidad de Chile el rol de las autoridades universitarias ha sido clave. En efecto, que fuese una iniciativa apoyada desde la Rectoría, y también por Vicerrec- toras/es y Decanos, ha sido un elemento fundamental que otorga viabilidad y susten-