Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.

modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad 73 capítulo 3 . sistematización de la experiencia. En algunas de las unidades del nivel central el autodiagnostico fue una construccion colectiva, toda vez que hubo participacion de los diferentes actores y direcciones aso- ciadas a la unidad. “El autodiagnostico fue un trabajo que se realizo, primero, a traves de un proceso recursivo, para decirlo en sintesis. Hicimos un primer levantamiento muy dirigido, entre el equipo de la Digen y yo, como contraparte, en una primera etapa; inter- locutando muy directamente con los directores y directoras (...) de las unidades, y levantando como un set de preguntas respecto de como estaban abordando los temas tanto de cobertura como de enfoque, en sus respectivas unidades; y luego fueron las propias direcciones las que bajaron esa discusion a sus equipos tecni- cos. Pero yo creo que ha sido un proceso iterativo, no ha sido un proceso lineal”. (Directora de Bienestar Estudiantil). “Lo que facilito el proceso es que las metas estan asociadas a equipos definidos de trabajo. O sea, creo que la forma como se establecio la meta es acorde a como hemos organizado el trabajo del departamento. Entonces, hay responsables y equipos defi- nidos. Y eso llevo a que, justamente, cuando hablaba de esta fundamentacion de la matriz y todo, tiene que ver con el autodiagnostico. Justamente, fue muy virtuoso, porque, de un Excel, que era como donde declarabamos la meta y el indicador, fue po- nerle carne, fundamento, fundamentos desde los equipos que estan a cargo de esto”. (Jefa Unidad de Analisis, Estudios y Evaluacion de Procesos Formativos, De- partamento de Pregrado). Una hipotesis posible respecto de estas diferencias entre las facultades y las unida- des del nivel central, es que las vicerrectorias son generadoras de datos, y algunas cuentan con encargados/as de estas materias; mientras que las facultades no nece- sariamente lo son, y más bien son usuarias de datos que el nivel central provee. Por el contrario, su labor formativa las obliga a contar con datos respecto a sus funciones habituales, pero no necesariamente acerca de las relaciones de genero en su interior. Pese a estas dificultades para disponer de datos, los autodiagnosticos tuvieron desa- rrollos especificos, dependiendo de la unidad donde se llevaron a cabo. Un ejemplo de esto es lo ocurrido con el area de investigacion, donde se senala lo siguiente: “Cuando se empezo a formar el equipo y empezamos a trabajar ya mas [siste- maticamente] nos dimos cuenta que, antes que todo, y eso fue parte tambien del autodiagnostico (...) no existia claridad de cual debia ser el proposito de integrar el genero en investigacion; todavia esta en disputa eso, no esta totalmente claro; cual tenia que ser el rol de esta unidad en terminos de la participacion en las po- liticas de investigacion, etcetera. Entonces, junto a todo eso dijimos: en verdad hay que hacer un diagnostico, y partamos por eso, eso va a ser una de nuestras primeras metas para un diagnostico acabado y bien hecho. Porque la VID maneja una cantidad de datos bien (...) importante en torno a las publicaciones y a los pro- yectos de investigacion, y nunca se habian analizado con perspectiva de genero”. (Profesional de Apoyo Unidad de Genero, VID). El problema detectado en la elaboración de los diagnósticos no es solo la falta de da- tos, sino la disponibilidad y desagregación de los mismos. Esta situación da cuenta de un hecho reconocido: que las instituciones de educacion superior tienden a invisibi- lizar las relaciones de género, por lo que reproducen relaciones de desigualdad, des- conocimiento que impide realizar investigaciones que profundicen en esta materia.

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