Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.

modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad 59 capítulo 3 . sistematización de la experiencia. adoptar políticas universitarias para atender la violencia y el sexismo en la educación superior. Existe amplio consenso, entre actores claves del proceso, en torno a que la instalación del Sello se debe en gran medida a los avances que logró esta movilización: “En realidad se vivió como un proceso bastante virtuoso, porque nosotros veníamos del movimiento feminista, que en realidad, quienes encabezaron ese movimiento y quiénes remecieron la universidad completa fueron las estudiantes… Yo creo que lo que benefició todo esto es que fuera después del movimiento feminista, donde, desde rectoría hay un mandato, ¿no?, entonces, ya nadie está discutiendo si esto es impor- tante, si hay que hacerlo”. (Jefa de Unidad de Análisis, Estudios y Evaluación de Procesos Formativos, Departamento de Pregrado). La movilización de las estudiantes de la Universidad de Chile, en el contexto de una movilización feminista a nivel nacional, junto con denunciar el acoso sexual logró promover una reflexión global y develar la forma en que la universidad reproduce las desigualdades de género. Con este aliciente se generaron compromisos entre las estudiantes y las autoridades universitarias con el compromiso de revisión y modi- ficación del Protocolo de Actuación ante Casos de Violencia de Género y Acoso Sexual , la inclusión en los currículos educativos de criterios de educación no sexista, la creación de instancias de formación y capacitación para docentes, funcionarios/as, entre otras reivindicaciones. “Había habido una reflexión impulsada por las tomas del ‘Mayo Feminista’ del 2018, en torno a los temas de violencia de género, más en específico. Entonces, ese es el contexto en el que el Sello se instala”. (Directora de Bienestar Estudiantil). “De alguna forma, este es el decante de una reflexión interna de la vicerrectoría, que ya se venía gestando en los anteriores cuatro años, y que, claro, a propósito, también del movimiento feminista del 2018, queda claro que era algo que tenía que trabajarse”. (Jefa Unidad de Género, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo). De esta forma, en el contexto de demandas estudiantiles y compromisos institucio- nales se concreta el acuerdo entre la Universidad de Chile y el PNUD, el que explícita- mente reconoce las discriminaciones de género existentes en la propia universidad y la necesidad de avanzar en el establecimiento de un conjunto de medidas para aten- der estas desigualdades. Otro elemento relevante en estas definiciones es la voluntad política de las autorida- des universitarias y de los equipos técnicos comprometidos con este proceso y cuyo apoyo fue clave desde el inicio: “Bueno, esto ha sido empujado porque el Decano se comprometió, y, en el fondo, es- tamos nosotras como dirección con recursos, con el apoyo político que ‘esto hay que hacerlo’, y por lo tanto, las direcciones tienen que hacerlo, y, por lo tanto, los depar- tamentos tienen que hacerlo, y, no es discutible. Ahora, es porque está la voluntad política que partió desde el Decano”. (Directora Dirección de Diversidades y Género, FCFM). En la Facultad de Ciencias Sociales también existe una percepción similar, que re- conoce el apoyo del Decano y de otras autoridades al interior de la facultad como factores claves:

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