Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.
290 dirección de igualdad de género anexo 2 . caja de herramientas Comunicación, Extensión y Vinculación con el Medio 30 4. Abordaje inclusivo de temas sociales Cuando hablamos del abordaje de temas sociales desde una perspectiva no sexista, se busca responder a la necesidad de hacer visibles grupos de la población que, independiente de su género, suelen estar infrarrepresentados o en donde la mirada con la que se aborda la información les representa de manera discriminatoria o poco inclusiva. Con frecuencia, quienes más se ven afectados por esta su- brepresentación personas con discapacidad, personas LGB- TI+, personas que habitan en contextos sociales y econó- micos vulnerables, acceso a puestos de trabajo; así como también el abordaje de temas relacionados con migración, violencia de género, violencia sexual, entre otros aspectos. Normalmente los criterios utilizados para referir a estos contextos suelen basarse en acuerdos y convenciones de uso que son aceptados por cada grupo en cada lugar y, en el ám- bito de la labor comunicacional, en instrumentos institu- cionales nacionales e internacionales de derechos humanos. Pero no se debe olvidar que tampoco pueden ser menciona- dos sin considerar una perspectiva de género, puesto que, sumadas a sus situaciones individuales, pueden enfrentar una doble discriminación o sesgo. Ejemplo de lo anterior son la denominación de personas LGBTI+ con una redacción discriminatoria que involucre su orientación sexual o identidad de género, así como la incorporación de términos coloquiales que, en el contexto, puedan ser interpretados como graciosos o de mofa; prácti- ca que debe ser evitada siempre, procurando siempre refe- rirse del mismo modo a todas las personas, en contextos de respeto y sin discriminación ni segregación. En tanto, en caso de la cobertura de contenidos para o que involucren a personas con discapacidad, se deben abordar de manera clara y evitando ser redundante. Del mismo modo, también se debe evitar atribuir o referirse a dichas personas con conceptos estereotipados respecto de sus ni- veles de comprensión y con palabras ‘cariñosas’ que puedan tener un tono infantilizador, entre otros. Lo anterior suele verse enfatizado al referirse a mujeres que, en caso de tener una discapacidad de cualquier índole, se ven envueltas en situaciones de doble discriminación. También se debe considerar la incorporación de referen- tes femeninas como fuentes noticiosas, tanto en calidad de expertas o de índole testimonial, e intentando siempre in- corporar estas miradas y puntos de vista en la cobertura de situaciones que les afecten o involucren directamente. Del mismo modo, se debe cuidar que la cobertura y redac- ción de contenidos que aborden estas temáticas puedan ser de índole sensacionalista, o conducentes a una visión dis- torsionada o reduccionista de las situaciones individuales de cada persona, haciéndolas ver dependientes, débiles o inferiores. Para estos casos, siempre es preferible considerar una escritura simple y que permita una rápida lectura, sin incorporar términos ni redacción demasiado elaborada y de términos complejos. Lo mismo sucede en el abordaje periodístico e informati- vo de temas que aluden a contextos sociales y económicos complejos, como hechos de violencia, migración, cons- trucción de familias mono-parentales, o de bajos ingresos, en donde las mujeres suelen ser vinculadas como personas vulnerables, en posición de víctima o que extienden este- reotipos de género.
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