Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.

164 dirección de igualdad de género anexo 2 . caja de herramientas formación, docencia y aprendizaje ción o entrenamiento en género o para la igualdad de género. Para el desarrollo de la propuesta, se adoptará la denominación “formación” para dar cuenta de procesos educativos de distinta naturaleza. De acuerdo con el Instituto Europeo de la Igualdad del Género (EIGE), la formación en género se define como el “proceso de desarrollo de conciencia y capacidad en temas de género, para lograr un cambio personal u or- ganizacional para la igualdad de género” (EIGE, 2016). Por lo tanto, se distinguiría la sensibilización (como primera instancia de formación) de otros procesos de mayor desarrollo de capacidades (como instancias más avanzadas), pero todas orientadas al cambio, tanto a nivel personal como institucional. Desde el punto de vista de la formación o capacitación, los términos educación de personas adultas y aprendizaje a lo largo de la vida son especialmente relevantes. La educación o aprendizaje a lo largo de la vida, se ha entendido como una “concepción del aprendizaje como proceso permanente a lo largo de toda la vida para satisfacer las necesidades educativas de la persona. Esta expresión se utiliza ampliamente en el ámbito de la alfabetización de adultos para designar los procesos de aprendizaje de modalidades y múltiples niveles” (UNESCO, 2006). El aprendizaje a lo largo de la vida, de acuerdo con la UNESCO, se funda en la integración del aprendizaje y la vida, y comprende actividades de aprendizaje para personas de todas las edades, en todos los contextos (familia, escuela, comunidad, lugar de trabajo, etc.) y mediante diversas modalidades (educación formal, no formal e informal), que en conjunto responden a una amplia gama de necesidades y exigencias relativas al aprendizaje. En términos específicos, la formación para la igualdad de género es fundamental para impulsar procesos de transformación individuales, organizacionales y sociales. Es considerada un factor clave para sensibilizar y comprender más profundamente los temas de género, para eliminar resistencias individuales e institucionales, pero por sobre todo para impulsar procesos de transformación organizacional. Como parte de la estrategia de transversalización tiene características distintivas y se entenderá como “un proceso de transformación que tiene como objetivo proporcionar conoci- mientos, técnicas y herramientas para desarrollar habilidades, cambios de actitudes y comportamientos, siendo un proceso continuo y de largo plazo que requiere la vo- luntad política y el compromiso de todas las partes con el fin de crear sociedades inclusivas que promueven la igualdad de género” (UN Women, 2015). Para este propósito, es necesario articular los marcos de referencias generales (educa- ción para personas adultas, aprendizaje a lo largo de la vida, etc.) con la perspectiva pedagógica o educación feminista. En particular, la educación feminista de personas adultas “implica específicamente introducir un análisis feminista en el contenido, el proceso y los métodos de enseñanza, aprendizaje y activismo educativo, revelando la naturaleza patriarcal fundamental y sesgo en las prácticas y teoría de la educación y el aprendizaje de adultos” (UN Women, 2017a). Así la formación para la igualdad de género es considerada tanto una herramienta, como una estrategia, y un medio para llevar a cabo la transformación individual y co- lectiva hacia la igualdad de género por medio de la concientización (o sensibilización), la construcción del conocimiento y el desarrollo de habilidades, orientadas a adquirir las competencias necesarias para avanzar la igualdad de género en su vida cotidiana y el trabajo (UNWOMEN, 2015). Para ello, son importantes los contenidos que se ense- ñan, fortaleciendo el nivel de conocimientos sobre el tema dentro de las instituciones, ya que enseñar sobre el género “exige que se tenga un armazón teórico fuerte”, siendo esto clave ya que muchas veces el “mensaje” sobre el género es “extremadamente di- verso y disperso, es frecuentemente confuso” (Anderson, 2006).