Seminarios de investigación en tecnología. Carrera de Arquitectura. Semestre Primavera 2022

Seminarios de investigación en tecnología – Semestre Primavera 2022 368 Según Souza (2020) el “ carbono incorporado ” es la suma del impacto de todas las emisiones de gases efecto invernadero atribuidas al material durante su ciclo de vida. Estos van desde su extracción, fabricación, y construcción, hasta su mantención y eliminación. Es importante tener en cuenta que existen dos tipos de emisiones de carbono en relación a los edificios: el “carbono incorporado” y el “carbono operacional”. Este último siendo todo el dióxido de carbono emitido durante la vida útil de un edificio, asociado al consumo de electricidad, calefacción, refrigeración, entre otras actividades. Se debe tener una mirada completa de ambas emisiones, ya que, una edificación puede tener una baja huella de carbono incorporado y no ser eficiente, teniendo alta huella de carbono operacional; asimismo, una edificación con baja huella de carbono operacional pero hecha con materiales y/o procesos con alta huella de carbono incorporado, no se estaría teniendo una visión completa. Es imperativo considerar ambas, pensando en que estamos en una situación a contrarreloj. El Consejo Mundial de Edificación Sustentable afirma que el impacto del sector edificación es responsable globalmente del 36% del consumo de energía, 38% de la energía relacionada a emisiones de carbono, 50% del consumo de recursos y se espera que esta huella se duplique de aquí al 2060; Aproximadamente 49% de este gasto corresponde a los materiales y 51% al sector operacional del edificio. Reglamentación térmica y estándares de eficiencia energética para la reducción de la huella de carbono Es por lo anteriormente mencionado y por los estándares de confort que se definen normativas con valores mínimos para la transmitancia térmica de la envolvente de las edificaciones, a menor valor de transmitancia térmica “U” mejor el aislamiento. El estándar promedio de transmitancia térmica en muros principales de viviendas chilenas ronda un U=1,584 W/m 2 K (MINVU, MIEN, 2017), lo cual es preocupante teniendo en consideración otros estándares más elevados como Passivhaus , que, aunque no define los espesores ni la materialidad de los aislantes propiamente tal, vela por un conjunto de principios para lograr la eficiencia energética, entre ellas, la estanqueidad de la envolvente, minimizar puentes térmicos, renovación de aire, alta calidad en puertas y ventanas, y finalmente las que nos convoca, la envolvente con baja transmitancia térmica. Según el mapa de zonas climáticas del instituto passivhaus (Figura 1), Chile se ve conformado por tres zonas climáticas, principalmente cálida, seguida de fría templada y fría; las cuales manejan valores de transmitancia térmica para muros de entre 0,5 W/m 2 K a 0,12 W/m 2 K.

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