Seminarios de investigación en tecnología. Carrera de Arquitectura. Semestre Primavera 2022
Seminarios de investigación en tecnología – Semestre Primavera 2022 243 De igual manera, en octubre, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) actualizó el catastro nacional de campamentos 2022. Reveló que el déficit alcanza 650.000 familias, con 1.091 campamentos y 71.961 hogares, indicando que “las familias afectadas no cuentan con las condiciones necesarias para desarrollar su vida con seguridad, estabilidad y privacidad” (MINVU, 2022, p. 5). Asimismo, se indica que 3 regiones del país concentran el 50% de todos los campamentos a nivel nacional. Ellas son la región de Valparaíso con 255 campamentos, la de Biobío con 156 campamentos y la Metropolitana con 142 campamentos, lo que confirma el aumento exponencial del déficit habitacional cuantitativo. Por otro lado, el concepto de vivienda con sus tipologías ha tenido cambios y adaptaciones a lo largo de la política habitacional. En sus inicios se construía a baja altura, casas de uno o dos pisos. Sin embargo, durante el periodo de 1936 a 1952, se institucionaliza las organizaciones de la vivienda, siendo implementada la Ley venta por piso en 1937. Esto se debe al diseño de tipologías C (departamentos en block de 3 a 5 pisos) en altura con perspectiva integral (áreas verdes, equipamiento y servicios). Este desarrollo se ha fortalecido en un contexto donde el suelo urbano es escaso, lo que permitió el desarrollo de proyectos de vivienda social que favorecian el diseño y construcción de esta tipología como solución al déficit habitacional. Desde entonces el diseño y producción de vivienda social ha estado ligado a la idea de producir en serie un gran número de viviendas. En consecuencia, durante los últimos 50 años, este diseño ha sido estándar para una familia tipo, con espacios estandarizados con dimensiones mínimas, ya que se puede encontrar conjuntos habitacionales con unidades de vivienda de 37 m² implementada en Villa Arauco, o en la Población Francisco Coloane con departamentos de 42 m², que posteriormente culmino con la demolición de 20 blocks por parte del programa Segunda Oportunidad. Se puede inferir, que estas decisiones han sido influenciadas por el factor socioeconómico y en contrarrestar cuantitativamente el déficit habitacional, lo que dificulta el diseño de una vivienda a partir de las necesidades y características humanas (Iturra; Morales, 2017). En contraste, (Haramoto et al., 1987: 5) propuso: En términos amplios la vivienda no sólo es el “techo”, sino un sistema que además incluye el terreno, la infraestructura y el equipamiento social comunitario según una localización y dentro de un contexto social, cultural, económico, político, tecnológico y físico”, Dicha visión permitió problematizar la vivienda como un espacio con un impacto macro político, económico y sociocultura, es decir, multiescalar. Ello se alinea con lo revelado por los informes expuestos anteriormente (Déficit cero, 2022; MINVU, 2022), los que advierten que el déficit habitacional es un problema que posee múltiples parámetros, y que demanda una solución que responda a diversas dimensiones que conforman esta compleja realidad. Para el propósito de este estudio, se estudiaron tres casos, tres conjuntos habitacionales, que representan una muestra de los conjuntos que fueron construidos cada 10 años.
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