A 50 años del inicio de la fonoaudiología en Chile: experiencias y desafíos actuales en salud pública
40 teniendo especial consideración por las solicitudes que han sido requeridas por las agrupaciones vinculadas a la salud, lo que implica un territorio ganado por la ciudadanía. La incorporación de esta en la recomendación priorizada de nuevas garantías (MINSAL, s.f./d) permitió que los técnicos ministeriales no fueran los protagonistas de esta acción, sino profesionales al servicio de la CRP, cuyos miembros son elegidos de forma participativa como ya se ha mencionado. Lo anterior implica la apertura de la caja negra a la ciudadanía respecto de los elementos involucrados para definir el orden priorizado de las tecnologías sanitarias potencialmente garantizables, ya que son los comisionados quienes realizan el análisis de la evidencia puesta a su disposición, con unametodología establecida por la SSP, pero con autonomía en su decisión. Destaca de este proceso que no solo existe la autonomía, sino también la transparencia de lo ocurrido en las sesiones, ya que estas tienen actas públicas de su quehacer (MINSAL, s.f./f). El análisis y los juicios que los comisionados realizan para cada potencial garantía son de acceso público y su priorización resultante es impugnable por cualquier ciudadano, obligando con ello a la revisión de cada recurso de impugnación recibido (MINSAL, s.f./f). En un inicio, esta fase estuvo llena de incertidumbre, con una alta presión externa y muchos actores observando el proceso. Sin embargo, al mirarlo en perspectiva, fue el saber de la evidencia científica, el rigor metodológico de la comisión para trabajar y la disposición de diálogo de sus miembros, entre otros aspectos, lo que provocó una sinergia para avanzar hacia una nueva forma de hacer las cosas. Dentro de las presiones de este proceso, tal vez la principal fue la disparidad de conocimiento acerca del análisis de las síntesis de evidencia científica y de cómo llevar la evidencia a la toma de decisión por parte de la diversidad de comisionados. Si bien la metodología se encontraba descrita y oficializada, no todas las personas tenían la misma base para el análisis de esta información y aquello no fue previsto, en un inicio, en toda su magnitud. Se trató de un choque entre la teoría y la realidad que hizo cuestionar por qué no lo anticipamos. Tal vez mucho de ello tuvo que ver con la falta de interacción previa de los diferentes actores, y si bien esto ha mejorado con el tiempo, aún existe la necesidad, por ejemplo, de una mayor colaboración con el mundo académico, para generar más oportunidades para el aprendizaje y comprensión de la ciudadanía respecto de la evaluación de tecnologías sanitarias. Por último, la toma de decisión por parte de los ministros de Salud y Hacienda, quienes están llamados a respetar el ranking de priorización que les remite la CRP,
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