A 50 años del inicio de la fonoaudiología en Chile: experiencias y desafíos actuales en salud pública
261 PRESENTACIÓN Y CONTEXTO Las respuestas a las crisis desde el tejido social en las comunidades y sectores populares han sido activadas en diferentes momentos de la historia de Chile, generándose respuestas desde organizaciones propias de la economía social y solidaria, así como también a partir de actividades económicas populares en respuesta a la crisis económica y al aumento de la pobreza durante la dictadura militar e instalación del modelo neoliberal en los años 80, entre otros momentos clave de nuestra historia (Hardy, 2020). En la actualidad, la crisis sociosanitaria como resultado de la pandemia por COVID-19 se ha producido en un contexto de profunda desconfianza institucional, la que se reflejó en la crisis social y política desatada el 18 de octubre de 2019, denominada Estallido social . Sin embargo, la gravedad de la pandemia conllevó a un accionar colectivo de diferentes sectores por medio de asambleas territoriales autoconvocadas a partir del sentido de lo común. Así, en un momento social, económico y político profundamente complejo —en el que las dinámicas de convivencia se vieron tensionadas y las inequidades se profundizaron al quedar más expuestos aquellos grupos vulnerables estratificados en el gradiente social más bajo— un gobierno institucionalmente frágil estableció estrategias que priorizaron el funcionamiento económico por sobre el bienestar de la comunidad y desconoció la precarización de las condiciones de vida del grueso de la población (Heiss, 2020). Dado este escenario, es relevante que el fenómeno organizativo en los territorios desarrollara una respuesta inmediata ante la crisis sociosanitaria y, frente al hambre como problema emergente, naciera el sentido de lo colectivo arrastrado desde el estallido social, en el contexto de un movimiento político incipiente apoyado por las organizaciones comunitarias territoriales existentes. Respecto de la crisis alimentaria se debe considerar que, dentro de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como en el Pacto Internacional de Derechos económicos, sociales y culturales, se detalla que la alimentación es un derecho que debe desarrollarse en condiciones de dignidad, incorporando como elementos la cantidad, calidad y cultura (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación [FAO], 2007). Cabe mencionar que, pese a su relevancia social, este derecho aún no ha sido ratificado por Chile.
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