A 50 años del inicio de la fonoaudiología en Chile: experiencias y desafíos actuales en salud pública

206 y entrenamiento cognitivo, tanto entre los profesionales como al interior de la comunidad. Por ello, en primera instancia, fue necesario trabajar con los profesionales para educar respecto del rol de la y el fonoaudiólogo en el programa y, de esta manera, lograr que ellos pudieran comprender la relevancia de los talleres cognitivos impartidos por estos profesionales en la comunidad. Ya con el equipo interiorizado en los objetivos del programa, se produjo una mayor interacción que llevó a potenciar el trabajo entre los equipos y programas afines a la persona mayor como, por ejemplo, el programa de salud mental y el de salud cardiovascular, prioritariamente. Incluso, se crearon nexos con otros equipos de trabajo como el de inmunización, farmacia, alimentación, entre otros, lo cual generó una mayor derivación y difusión de la iniciativa. Lo anterior permitió que el equipo validara el programa y, a su vez, viera en sus profesionales una herramienta y apoyo para cumplir con metas, indicadores u objetivos planteados en otros programas. Todo esto, con el fin de mejorar la calidad de atención de las personas mayores y su calidad de vida. A pesar del trabajo realizado con el equipo, faltaba lo más importante: que los usuarios visibilizaran el valor del entrenamiento cognitivo, pues era difícil explicarles en qué consistía este tipo de deterioro, ya que no es algo que se pueda observar a simple vista, como ocurre con el deterioro físico. Por lo anterior, la adherencia a los talleres cognitivos era compleja, muchas veces generaba frustración en los usuarios por no lograr realizar las actividades a la misma velocidad de sus compañeros, incluso en ocasiones normalizaban ciertas conductas típicas de deterioro o simplemente no les gustaba participar. En ocasiones decían que las actividades que se realizaban eran como “volver al colegio” y querían terminar rápido, pero cuando comenzaba la revisión de las actividades muchos comenzaban a evidenciar sus dificultades cognitivas, complejizando aún más el trabajo. Por lo anterior, fue preciso educar en torno a este tema, creando actividades más lúdicas y con mayor significado para ellos. Además, se generaron capacitaciones respecto de la importancia de la estimulación cognitiva en usuarios que tuvieran ciertas características para ser líderes dentro de la comunidad, entregando con ello las herramientas necesarias para poder guiar, apoyar y acompañar a sus compañeros. Los esfuerzos tuvieron como resultado una mejor aceptación y una mayor adherencia a los talleres y actividades realizadas. De igual modo,

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