A 50 años del inicio de la fonoaudiología en Chile: experiencias y desafíos actuales en salud pública

144 de entrenamiento de la articulación e inteligibilidad. El trabajo del profesional fonoaudiólogo aquí es manipular manualmente y recuperar la flexibilidad de los tejidos, previniendo la restricción de movimiento que puede generar tanto el linfedema como una cicatriz por fibrosis (Deng et al., 2019). Así mismo, el drenaje linfático en la zona de cabeza y cuello es un manejo que realiza el fonoaudiólogo para evitar que el estancamiento del líquido linfático impida el libre movimiento de la laringe y de los órganos fonoarticulatorios; en tanto que el abordaje de las cicatrices en la zona de cabeza y cuello es una línea de trabajo que se realiza junto con terapia ocupacional, pero en la que ha sido necesario que el fonoaudiólogo se especialice y trabaje, dado que esto facilita la recuperación del tejido y así se previenen las limitaciones que puede ocasionar una cicatriz cuando se adhiere a los tejidos profundos y restringe el rango de movimiento si no es trabajada a tiempo. Respecto de las intervenciones en quienes presentan trastornos de deglución, estas deben dirigirse a los déficits fisiológicos específicos y al control volitivo para compensar loscambiosenlaanatomíaylafisiología, locualpuedereducirel riesgode aspiración, desnutrición y tiende a mejorar la calidad de vida. Estas intervenciones puedenincluircambiosposturalesparareducirlaaspiración,maniobrasdeglutorias, ejercicios terapéuticos, modificaciones en la consistencia y textura de los alimentos y recomendaciones acerca de la ingesta oral o no oral (Clarke et al., 2016). Por otra parte, en cuanto a los efectos secundarios en pacientes con cáncer de cabeza y cuello (Chen, 2019), se puede mencionar la xerostomía, la mucositis oral y las alteraciones en el olfato. Todas ellas impactan tanto en la deglución como en la voz y habla de la persona, por lo cual es necesario educar a los pacientes respecto del manejo para compensar el impacto en la vida diaria o hacer ejercicios que recuperen, en lo posible, el funcionamiento afectado por la intervención. Como se aprecia, siempre se persigue disminuir las molestias que pueden ocasionar estos efectos secundarios tan frecuentes en quienes han sido sometidos a radioterapia y quimioterapia. La especialización de esta área de trabajo ha motivado la incorporación de otras opcionesde intervenciónquemejoranel resultadofuncional ydisminuyenel tiempo de intervención. Parte de este proceso ha implicado la formación de profesionales fonoaudiólogos en el uso de equipos que incluyen la electroestimulación, el ultrasonido, y el láser de baja intensidad, entre otras técnicas. Dada su inserción en el continuo de cuidado del paciente oncológico, la fonoaudiología oncológica también contempla el abordaje de cuidados paliativos,

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=