A 50 años del inicio de la fonoaudiología en Chile: experiencias y desafíos actuales en salud pública
125 PRESENTACIÓN Y CONTEXTO El trabajopara la inclusiónsocial depersonaspertenecientes agrupos comúnmente excluidos ha tomado un giro trascendental en la actualidad. Lineamientos sociales, de salud y educativos decretados en el pasado han evolucionado hacia la diversidad de grupos e individuos. Es así como en personas sordas —es decir, quienes presentan pérdida auditiva y pertenecen a la comunidad sorda—, una trayectoria única de inclusión social y comunicación sería compleja en el presente. Décadas atrás la evidencia era imperativa en torno a los beneficios de lograr una comunicación de desarrollo típico en personas sordas. Una mejor audición y competencia en lengua oral eran la base en el contexto clínico y en la terapia de audición y lenguaje. Adicionalmente, el gran avance de tecnologías auditivas y su éxito en algunos grupos con pérdida auditiva hicieron plantear esta perspectiva clínica como primordial. Sin embargo, como en toda narrativa compleja que comprende el lenguaje y la cultura, las personas sordas no podían ser entendidas meramente como pacientes de su pérdida auditiva. Eso ya lo explican bien las diferentes corrientes socioculturales, antropológicas y del derecho, las cuales describen a este grupo con un patrimonio lingüístico y cultural particular que debe ser respetado. Así, su inclusión social estaría relacionada con el uso de su lengua —la lengua de señas—, y el acceso a derechos humanos, sociales y de participación que se presentan como básicos en nuestra sociedad. Aunque lo anterior resulte incuestionable, la integración de las diferentes perspectivas existentes desde el nacimiento de una persona sorda aún no están del todo acordadas. Mientras el énfasis clínico estaría en el diagnóstico y adaptación temprana de ayudas auditivas para el desarrollo de lengua oral, en la dimensión sociocultural este énfasis radicaría en el acceso temprano a la lengua de señas y a la comunidad sorda. Lo anterior resulta riesgoso en escenarios donde lo esperado no puede cumplirse, limitando las potencialidades de desarrollo especialmente en niñas y niños que aún no tienen un lenguaje. En ese contexto, el trabajo de intervención auditiva y lenguaje se estaría diversificando. El deseo de responder a las diferentes perspectivas existentes posibilitaría nuevas experiencias, donde nuestro trabajo aborde otros desafíos que la clínica no podrá responder por sí sola.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=