Investigación emergente: desafíos educativos presentes y futuros

179 INVESTIGACIÓN EMERGENTE. DESAFÍOS EDUCATIVOS PRESENTES Y FUTUROS gen al verse socavados los tradicionales fundamentos de la seguridad es igualmente relevante en la configuración de un relato biográfico e identitario (Posadas, 2016). Como concepto, la individualización, para Beck, no solo se refiere a las vías por las cuales los individuos reaccionan ante estas trasformaciones estructurales, sino también al cambio de su situaci n existencial y modelo biográfico (Beck y Beck-Gernsheim, 2003). Desintegradas las formas sociales previas y ante el vaciamiento de las categorías de clase y roles predeterminados, la biografía se con- vierte en electiva del tipo “h galo usted mismo”. Sin embargo, estas biografías a elecci n son también biografías de riesgo, en las que las elecciones equivocadas pueden llevar al fracaso o desatar las crisis (Castillo, 2011). Los individuos se ven obligados a elegir en una amplísima gama de oportunidades, por lo que la construcci n de una identidad personal pasa a conver- tirse en una tarea compleja (Zabludovsky, 2013). Más Allá del Riesgo: Bude y la Sociedad del Miedo Si para Beck el riesgo es la categoría central para el análisis y comprensión de la sociedad con - temporánea, Heinz Bude (2017) desplaza metonímicamente la reflexión, al identificar en el mie - do una experiencia significativa que da cuenta de la actual situación sociohistórica. El filósofo y soci logo alem n reconoce la presencia ubicua y cotidiana del miedo como experiencia trans- versal predominante, cuya expresi n en la sociedad actual es evidencia de un cambio epocal en la programaci n del comportamiento. Para Bude (2017), enfocar los efectos del miedo como emoci n predominante de la sociedad contempor nea permite recoger “lo que la gente siente, lo que es importante para ella, lo que ella espera y lo que la lleva a la desesperaci n” (p.12). Esta experiencia, que ata e a todos y que no reconoce barreras sociales, permite ilustrar en qué tipo de sociedad vivimos; una sociedad en la que el miedo a la otredad sitúa a sus integrantes más como una muchedumbre solitaria que como colectividad. En términos históricos, Bude (2017) releva el influjo que ejerciera el Estado de Bienestar en el aseguramiento y protecci n de garantías sociales b sicas, ofreciendo un margen de seguridad requerido por la ciudadanía en un marco de ambigüedad y fortaleciendo al mismo tiempo el desarrollo econ mico y la cohesi n social. Pero en el contexto actual, dicho margen de segu- ridad mínimo se ha visto desplazado por el predominio global de políticas neoliberales (Bude, 2017). La posici n que ocupa hoy el sujeto en una sociedad piramidal y econ micamente estra- tificada se considera, así, el resultado del esfuerzo y desarrollo de las capacidades individua - les o inversi n personal que cada sujeto realiza como empresario de sí mismo. Las garantías y derechos sociales que resguardara el Estado, previo avance del neoliberalismo econ mico, se asumen gradualmente por el mercado, desdibuj ndose el rol que el Estado ejerciera como fac- tor de seguridad y protecci n para la ciudadanía. De la mano, la cohesi n social se ve debilitada en un escenario predominantemente individualista, en el que se han transformado de manera radical los significados atribuidos a la esfera de lo público. Seg n Bude (2017), “el destino individual es cada vez en mayor medida expresi n de las buenas o malas elecciones a lo largo de la trayectoria vital” (p. 15). Las cosas pueden salir mal y dejar en el camino a quienes hayan tomado las decisiones err neas en el proceso de competencia y selecci n. Por otra parte, la posibilidad de realizar elecciones equivocadas no se restringe al plano académico y laboral, sino que se extrapola a la vida privada en general: la elecci n de pa- reja, de amigos/as, de barrio y hasta de los pasatiempos forman parte del producto esperado en el mercado de empresas individuales que conforma la ciudadanía actual. Así, de la promesa de ascenso que ofreciera el Estado de Bienestar, “se da el paso a la amenaza de la exclusi n (…) las posibilidades est n abiertas, pero ninguna elecci n carece de relevancia” (Bude, 2017, p.16). En efecto, del miedo colectivo, se transita a un miedo vivido de manera individual.

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