Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria
perspectivas discursivas críticas, pero que también es otra forma de pensar este vínculo, de pensar las relaciones con los lugares. Estas perspectivas discursivas críticas son prendarias del construccionismo social, donde el eje central es cómo el lenguaje construye una cierta realidad. Desde ahí se entiende que cuando hablamos acerca de un lugar, estamos produciendo también, una cierta posición del sujeto frente a ese lugar y apelamos a categorías psicologizantes para referirnos a ese lugar, por ejemplo en condiciones de disputa: yo soy de este lugar, soy de aquí de toda la vida, tengo más derecho a esto de los que vienen recién llegando, tengo apego con el lugar, tengo identidad con el lugar, etc. Hay un conjunto de categorías discursivas que reproducen y legitiman determinadas posiciones del sujeto frente a un tipo de disputa, o sea, hablamos sobre espacio y construimos versiones posibles de la realidad a partir de cómo hablamos acerca de los espacios. A modo de ejemplo, para el estallido social, vimos a propósito de la Plaza de la Dignidad, cómo se van construyendo versiones distintas de un mismo espacio y se van legitimando acciones que ahí se producen, de distinto orden. Hay construcciones de versiones acerca del lugar, que se van intentando legitimar. En esta mirada, claramente hay implicaciones políticas en las diferentes construcciones discursivas que hacemos del lugar. Se legitiman o no, determinados tipos de usuarios, determinados tipos de espacios y también se legitiman determinados tipos comportamientos en determinados lugares. Esto puede ser perfectamente legible para perspectivas de conflictos socioambientales, si leemos los conflictos en esa clave, observamos claramente que se nutren a partir de distintos repertorios discursivos que legitiman una u otra posición. Ahora, dentro de las críticas que se han hecho a esta perspectiva, la principal es que en este énfasis en el discurso, hay una cierta infravaloración de las prácticas materiales. Y cuando hablamos de la dimensión ambiental o espacial, claramente hay disposición de objetos materiales que actúan y construyen significados. Participan en la construcción de significados. Una muralla es una muralla, pero dónde está esa muralla también está construyendo distintos tipos de significados, por ejemplo, el hecho de que está dividiendo dos sectores. Hay algo ahí en el orden de lo material que también produce significados. Otra crítica es que las relaciones de poder no operarían solo a nivel de las prácticas lingüísticas, sino que también operan a partir de condiciones materiales técnicas que producen el habitar urbano. Por último, la perspectiva semiótico-material, donde intentamos, desde una mirada post-construccionista, incorporar estos aspectos materiales, básicamente a partir de la noción del “ensamblaje del lugar”. Aquí hemos identificado dos elementos que nos parecen interesantes como es el embodiment y la indexicalidad del lenguaje en el lugar. Esto se basa en una clásica investigación de Dixon y Garrett que hacen en Sudáfrica donde, después del apartheid se hace una serie de estudios y se establece, dentro de la retórica de legitimación de la población, que los hablantes señalan que hay una completa integración entre blancos y negros. Eso es lo que aparece retóricamente en el lenguaje. Sin embargo, cuando se hace un análisis, por ejemplo, de 79
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