Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria

propiciando una lógica clientelar muy fuerte. Esa misma situación ocurre en todas las escalas y todos los niveles. Ahora voy a la reflexión y pregunta de Juan Pablo. Estuve hace dos meses en un conversatorio con colegios Montessori del distrito que yo represento, el distrito 13, no son los colegios Montessori de más altos ingresos, son a escala de comunas como San Miguel o La Cisterna. El conversatorio fue bien franco y también rudo en ideas. Lo que los establecimientos escolares proponían, de manera conjunta con la comunidad, era que en la nueva constitución se estableciera la libertad de enseñanza y ellos asimilaban libertad de enseñanza, a libertad de cátedra o métodos de enseñanza. No lo connotaban en términos de uno de los principios fundamentales de la visión neoliberal del Estado, que es la libertad de elegir y que el Estado satisface cualquier proyecto educacional indistintamente de los propósitos de ese proyecto educacional. Lo que planteaban los colegios Montessori presentes era que eso les habilitaría a tener currículos completamente libres y no centralizados. Y en tercer lugar, estaba presente en la conversación la idea de que cualquier proyecto puede recibir financiamiento del Estado, que es uno de los pilares de la visión neoliberal. Y de hecho, la reforma en educación del segundo gobierno de la presidenta Bachelet terminó con el lucro, la selección, el copago, pero le hizo una carga gravosa a proyectos particulares al Estado. Entonces, comento eso porque claro, si quisiera dotar a las comunidades de más peso y poder, que es lo que yo creo que tiene que ocurrir, no es un peso, ni un poder neutro. Esas comunidades lo hacen en el contexto de una constitución habilitante que, en mi opinión, tiene que ser mucho más programática. Qué quiero decir con esto, que las atribuciones que deben adquirir las prerrogativas, las comunidades, las organizaciones sociales, deben ser en el contexto y en vínculo con mínimos comunes civilizatorios que se erijan desde principios como la solidaridad, el respeto por los derechos humanos, la solidaridad intergeneracional, solidaridad en el campo medioambiental, etc. Es decir, no es una atribución que esté desvinculada de un piso normativo en términos de una orientación que tiene que tener el Estado. De lo contrario, lo que prevalece es la falsa autonomía, es la libertad desde el punto de vista del mercado. Es clave en este sentido, creo yo, que exista un conjunto de mínimos comunes democráticos en la nueva constitución, que habiliten el ejercicio de la participación, la ciudadanía y el espacio territorial, en el marco de lo que uno en términos doctrinales llama Estado democrático y social de derechos. Dotar a las comunidades de decisiones, sin ese marco normativo es básicamente perseverar en la fragmentación y en los niveles de asimetría y desigualdad crecientes. Ahí hay un tema que es central porque yo parto de una premisa, cuando uno habla de solidaridad, democracia, ciudadanía, solidaridad intergeneracional, uno parte del supuesto de que las comunidades no son entidades homogéneas. Son por definición, entidades heterogéneas. Y como tal sus espacios de desarrollo tienen que estar situados en un Estado que es capaz de valorar, reconocer y promover la diferencia y la heterogeneidad. Entonces, es clave que la discusión sobre el papel de las comunidades y los territorios, se de en un contexto, una visión o un modelo, si se quiere constitucional, que asegure el ejercicio de esos rasgos democráticos. Y por eso es tan relevante y vuelvo a la reflexión inicial, no disociar comunidad de Estado. Si uno 62

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