Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria

el punto de vista, de lo debiese intencionar el nuevo sistema político. Ahí, creo que hay dos expectativas que están funcionando en términos de demandas sociales. Hay una demanda de transformación, desde las estructuras, los significados, las desigualdades, las asimetrías, pero también hay una demanda de gobernabilidad. Pero no en el sentido de una gobernabilidad adormecedora o anestésica de los procesos sociales, sino que más bien una gobernabilidad que cuestiona los vínculos entre los movimientos sociales, las demandas territoriales y cómo el sistema político procesa esas expectativas. Así, en cuanto al primer punto, el territorio, quiero plantear que el proceso constituyente está antecedido de tres décadas de intensas luchas territoriales, de corte anti-sistémico, con perspectiva anti-neoliberal, que pasaron de la demanda fragmentada a la demanda agregada; la exigencia en Ventanas de que no haya contaminación, y que no sea zona de rezago ambiental. Es una exigencia que tiene origen en un movimiento social bien plural y que hace una década atrás era impensado; movimientos territoriales, ambientalistas y movimientos sindicales. El que los movimientos sindicales se hayan incorporado a estas luchas significa, que hay indicios de que las demandas sociales, de alguna manera, están transitando desde lo transaccional hacia lo transformacional. Por eso creo que hay que mirar con mucho detenimiento la experiencia de lucha y de incremento de voluntades que tiene el movimiento feminista porque creo que se sitúa en esa dimensión. Como segundo punto, en cuanto a la participación, desde mi experiencia esta es vista por las organizaciones, por las comunidades, como un instrumento dilatorio de la voluntad popular. Todos los instrumentos asociados a la denominada sociedad civil, lo que buscan es mediatizar conflictos y el mejor ejemplo, desde el punto de vista del ejercicio del poder de las comunidades es el Consejo de la CONADI, que es un híbrido de representación nominativa con representación electa, pero que no tiene atribuciones desde el punto de vista de las capacidades decisionales. Y eso a propósito de la ley 20.500, es muy evidente para las comunidades organizadas. En tercer lugar, con relación a la ciudadanía, es evidente que la desafección electoral da cuenta de que en general la noción de ciudadanía en términos políticos, no es vista como una conquista en el presente que pueda incidir en la vida de las personas. Si yo voto por una persona o voto por otra, no hace mucha diferencia desde el punto de vista de mi realidad material o mi realidad simbólica. Ciertamente, esto está en tránsito. El levantamiento social del 2019 refleja una tendencia, en mi opinión, una reversibilidad desde el punto de vista de la subjetividad neoliberal, no significa que se haya extinguido la subjetividad neoliberal, tiene mucho peso, pero hay una reversión respecto de una tendencia que era bien inercial. Dicho eso, yo alcancé a escuchar la última parte sobre la distancia en la psicología comunitaria respecto a las instituciones y el Estado, para hablar así bien en concreto, de toda la estructura estatal. Yo creo que esa distancia también está reflejada en la Convención Constitucional. Hice la reflexión anterior, o la descripción, respecto de que el movimiento de esta convención está antecedida de luchas territoriales de larga data y esas luchas territoriales han ido confluyendo en una idea de que hay que fortalecer la comunidad en términos de decisiones y que se operacionaliza concretamente en que los bienes públicos, por ejemplo, recaigan en propiedad 57

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