Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria
ver con una falta de respeto a la dignidad. Y la gente protesta para llevar adelante una reivindicación de ser tratada como una comunidad, como un pueblo, como una población digna, dignamente. Pero ahora el tema es cómo explorar eso porque una cosa es que se diga que la dignidad tiene que ver con salud, vivienda, educación, entretenimiento, un conjunto de derechos, y otra cosa es que la dignidad signifique que tú tengas derecho a ser distinto. Ahí empezamos en un ámbito bien interesante. Además, ser distinto no significa pensar distinto, sino que tener una identidad distinta, una identidad sexual distinta, por ejemplo, y es ético, digno, que se respete esa diferencia. Entonces, como plantea Roxana, la dignidad es un valor, que tiene que ser reconocido por la mayoría de la población. Y, a propósito de lo que decía Alba al principio, de que el mundo conservador no quiere respetar nada, eso es precisamente lo que ese mundo conservador tiene que aprender, o sea, respetar la dignidad significa ser lo que uno quiere ser, tener la opción identitaria que uno haga. Y eso no necesariamente va a afectar su patrimonio. por ejemplo. Yo creo que hay un malentendido en el tema de la dignidad por parte de los sectores más conservadores. El sector conservador al final, defiende una identidad monocultural, no quiere abrirse a la diversidad y eso, precisamente, es un atentado a la ética. JUAN PABLO CORREA: Respecto de lo que plantea Germán y Roxana, antes, yo creo que hay una pregunta ¿cuáles son las diferencias que no estamos dispuestos a aceptar? Y que es una pregunta crucial porque si no todo cabe. Porque yo también puedo reivindicar como diferencia, mi disposición a torturar a otro, por ejemplo; o puedo reivindicar como diferencia, mi disposición en abusar sexualmente de un niño. Puedo reivindicar, en el fondo, cualquier cosa como diferencia. De hecho en la cultura todo es diferencia, la cultura es pura diferencia. La pregunta es ¿cuáles de esas diferencias son tolerables, cuáles de esas diferencias nos entusiasman incluso, como objetivos a promover y cuáles de esas diferencias nos parecen definitivamente inaceptables? Voy a poner un ejemplo, este es un dato de hace un par de años, hoy en día ocho personas en el mundo tienen el mismo patrimonio económico que la mitad de la población mundial, que 3.500.000.000 de personas. ¿Eso es aceptable? ¿Eso es éticamente aceptable? ¿Permite eso que las personas puedan, como decía antes Roxana, ejercer materialmente sus derechos? ¿O no? Y si no, cómo modificamos eso y hasta dónde lo modificamos, porque alguien puede decir que lo vamos a modificar hasta expropiar todo ese dinero y repartirlo entre los demás. O vamos a hacer una construcción institucional que dentro de las políticas públicas nos permita tener una administración de ese dinero conjunta que, a lo mejor, no va a implicar una igualdad total, pero sí una cierta condición de equidad, que nos permita vivir con derechos más o menos equivalentes. Ese tipo de cosas son las que yo creo que en la práctica, se abren hoy día al debate institucional del debate constitucional y que son cruciales. Y pongo ese ejemplo, hay muchísimos más, que requiere hacerse esa pregunta, qué es inaceptable hoy día. Voy a poner un último ejemplo, la protesta que la prensa llamó Estallido Social, planteó un movimiento en dos sentidos. Una parte era la gente que decía: tenemos que 41
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