Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria
Es muy interesante también, cómo, desde este espacio, la movilización estudiantil del año 2014 levanta el primer congreso por una educación no sexista y se organiza ahí también, una reflexión, en torno a cómo repensar la educación. Y repensar la clave de esta demanda por una educación pública, gratuita y de calidad. Esta noción de la calidad que viene a ser discutida es muy neutral y con ella se concibe una noción de cómo establecer los parámetros. Es muy interesante lo que empieza a producir el feminismo ahí, que discute los términos de esta lucha, los horizontes de transformación de esta lucha. A mí me gusta mucho pensarlo también en el sentido del Chile del que venimos y mucho está asociado a una suerte de reconstrucción, sobre todo desde la izquierda nostálgica, de recuperar la educación pública, recuperar el derecho a la vivienda, la renacionalización de los bienes comunes. Esta clave de la recuperación es por supuesto, muy atendible en un contexto de Chile donde todo ha sido privatizado, mercantilizado en dictadura y profundizado en todos estos años, pero en el horizonte nunca ha existido una educación no sexista, una educación feminista. Eso es muy interesante porque aporta otra potencia, aporta otra posibilidad de imaginación política, resumir cómo un movimiento comienza a abrir estos horizontes, en el seno de un movimiento de masas. Vuelvo sobre eso porque me parece que es lo que comenzó a suceder en la escala del proyecto, pero también en la escala de los modos de organización, en los modos de movilizar la organización; en los modos en que fue reconfigurándose el uso de la calle por nuestros cuerpos, cuando veíamos también cómo se fue replanteando el camino de las marchas, los mismo gritos con los que estábamos anunciando nuestras demandas. Nelly Ricarch planteaba que, cuando en la casa central de la Universidad Católica, hay un letrero afuera que dice: aguante las cabras , y abajo los chicago boys . Se conecta, con todo el peso histórico, por supuesto eclesiástico, pero más recientemente como el lugar de formación de los chicago boys , donde vienen a instruir la forma en que se escribe la Constitución del ochenta. Ahí, ella planteaba que hay tres líneas de acción política feminista. Por una parte, aparece una reflexión en torno a la necesidad de la transformación curricular y eso es indispensable. De repensar, desnaturalizar los términos en que se estaba organizando curricularmente la enseñanza. En cada una de las escuelas, carreras, lo podemos pensar, una reflexión que antes nadie se hacía sobre cuántas disidencias, cuántas mujeres están en las bibliografías, como también en la forma que se organiza temáticamente. Esa reflexión profunda, en que algunos se van a asustar por cómo se enfrentan a su desconocimiento profundo, una ignorancia que no habían visto. En segundo lugar, la forma en que se reconocen otras identidades. Y ahí hay una lucha muy importante también, en cómo se reconocen con el nombre social y hoy día vamos a saber con la ley de identidad de género y esto se anticipa con el mayo feminista, la posibilidad de reconocimiento y de poder elegir el nombre con que somos referidas o los pronombres con que se nos trata en los espacios educativos. Y en tercer lugar, cómo todo esto se trama también, directamente con una lucha contra la precarización laboral, particularmente en la Universidad Católica fue muy interesante cómo se 20
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