Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria
de decir cada una de estas palabras porque estamos recién construyendo esta voz y asumirla como un lugar que podamos ir trabajando y no exento de la posibilidad de ir replanteándose cada paso. En relación a la salud mental, por supuesto. Yo creo que si hay algo que está en el corazón de la lucha feminista es la manera en que se reconocen estas formas de la representación y como rápidamente la manera en que se ha ido representando la voz femenina, la voz de mujeres, de disidencias en torno a construcciones que vuelven permanentemente a esta construcción de la noción de las locas, de las histéricas, de las desequilibradas. Son algo que aparece –lo voy a decir– continuamente y no aparece solo históricamente, sino en lo más presente, en la discusión pública, política. Hay algo ahí, en un ejercicio permanente de desautorizar nuestro lugar, nuestra voz política y pública. Me parece eso muy relevante por un lado. Junto con eso también cuando leí hace un tiempo sobre cómo en Estados Unidos se configuró un movimiento feminista por el salario para el trabajo doméstico y ellas insistían mucho sobre esta cuestión, porque veían también la dimensión de la experiencia de mujeres en el encierro doméstico estaba atravesada por una salud mental que estaba muy afectada por esta vivencia. Y era muy interesante cómo lo vinculaban a cómo potenciar las autonomías de las mujeres y en concreto la autonomía económica para poder desarmar estas experiencias de un encierro que va produciendo y reproduciendo a cada paso, también, una manera de estabilizar una experiencia de salud mental sexogenérica. Y por último, nosotras hemos hablado y compartido mucho con compañeras que se han organizado también en colectivas de disidencias y feministas. Como “No es lo mismo ser Loca que Loco”, y con otras compañeras que han organizado y tienen un relato muy interesante, como feministas, desde esta experiencia, desde la locura con la idea de desmontar, repensar históricamente esto y pensarlo también en los espacios institucionalizados. Por supuesto que no es lo mismo ser loca que loco, como tampoco lo es ser loca y pobre. Creo que ahí hay un núcleo central de la reflexión en torno a esto. JUAN PABLO CORREA: Muchas gracias. Otra de la preguntas del chat dice: una de las líneas que emergen desde este levantamiento feminista se vio al interior de las universidades. Y la pregunta es ¿cúal consideras que es la relevancia del feminismo en el cruce con la educación, en los distintos niveles de la educación? JAVIERA MANZI: La forma que nosotras leemos este proceso, este ciclo de movilizaciones en alza, también reconoce los distintos lugares en los que podemos ver estas emergencias. Sin duda en Chile, particularmente, lo que fue el mayo feminista del 2018 fue fundamental. Irrumpe con una fuerza y una potencia histórica, transformadora, que viene a replantear los términos en que se había organizado el movimiento estudiantil hasta ese momento. Es muy interesante porque Chile tiene una larga trayectoria y sobre todo, en el contexto post dictatorial, de un movimiento estudiantil de mi generación, de las movilizaciones pingüinas , las movilizaciones previas, el mochilazo el 2001, luego el 2011. 19
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