Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria

interesante porque era una palabra que para algunas resultaba como ajena, novedosa, pero a la vez muy fácil de incorporar como una lectura que les permitía nombrar cosas muy distintas, pero que en cualquier caso –voy a decirlo así-, tiene directa relación con un sentido de inestabilidad, como una fragilidad de las condiciones materiales y la imposibilidad de poder proyectar a través de ella cualquier forma de sostenibilidad. Y por lo mismo, también allí hay una pregunta desde una existencia social feminista sobre qué estamos concibiendo y preguntándonos, en tanto se supone necesariamente esta interdependencia en los vínculos y en las relaciones sociales que sostienen la vida. Veíamos que estaba en el seno de esta pregunta, esta tarea, o sea, esta experiencia muy profunda y que se experimentaba no solo a nivel laboral, sino en todo lo referido a nuestras vida individual y colectiva. Y en ese sentido, también una tarea, era preguntarnos, porque ahí la precarización es esto que nos atraviesa y que podemos pensarla en este contexto actual, en relación siempre a esta falta total asociada por supuesto, al resquebrajamiento del quiebre del tejido social. Quiero decir, por supuesto de la falta absoluta de condiciones de seguridad social, como de las condiciones de privatización y de mercantilización, de los derechos sociales. Pero también nos parecía necesario, dentro de ese diagnóstico identificar a quien responsabilizamos por eso. Cuando decimos precarización y no son vidas precarias, no basta decir precaria como parte de un descriptor que simplemente establece una condición, sino también es un proceso. La precarización es algo que necesariamente podemos historizar y también reconocer quienes son los actores que participan y son responsables de esta precarización. Por eso, parte del relato de la Coordinadora ha sido también, sostener que existen los responsables de la precarización y hay allí una impugnación muy directa a quienes han sido los administradores de estos más de treinta años de gobiernos, gobiernos post-dictatoriales, que han sostenido y profundizado las condiciones de precarización neoliberal. Entonces, bueno, eso por una parte. Por otra, nos movilizamos contra la violencia hacia las mujeres y disidencias, esto es, poner la vida de mujeres, niñas, disidencias, al centro, o sea, las condiciones en las que se reproduce la violencia que nos atraviesa y veíamos que era indispensable pensar en cuáles son las condiciones en que esta violencia se gesta. Y observamos la dificultad de imaginar cualquier posibilidad emancipatoria o transformadora, sino era transformando real y radicalmente las condiciones que la hacen posible y que son sobre las que se organiza. En ese sentido, todo lo que hacemos tiene que ver y volvemos siempre sobre la necesidad de construir una vida libre de violencia, atendido que vemos, además cómo sostenidamente, en los últimos años se han ido visibilizando las distintas formas de violencia. Entonces, de alguna manera, ahí está el foco. Cuando decimos que no podemos hoy día, hablar o tratar de aislar la variable violencia de género de todas las condiciones en que se está organizando la vida y por lo mismo nos organizamos para transformarlo todo, lo vamos a decir así, precisamente para poder llegar a construir esta vida libre de violencia. 17

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