Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria

AMODO DE CONCLUSIÓN GERMÁN ROZAS OSSANDÓN Realizar un Congreso en Enero del 2022, durante un periodo en que la pandemia del COVID-19 todavía se encuentra vigente, aunque disminuida, no fue una tarea fácil. Como así mismo recién saliendo de una dura elección presidencial, que tampoco fue simple, debido a que el futuro del país se jugaba en la misma. No obstante, se constituyó un equipo organizador muy capaz y con mucha energía de trabajo. El cual se conformó por sub-equipos asociados a jornadas, como las que ya se han expuesto y que ordenan el itinerario de este Dossier. Decantar con precisión una lista de conclusiones no es posible dado la enorme cantidad de material, tanto en exposiciones como en análisis. Por tanto, lo que viene a continuación son algunas reflexiones que buscan rescatar ciertas ideas, que en su desarrollo pudieran ser un aporte a este Dossier y así lograr mínimamente concluir con algunas cosas. Pensando particularmente en el futuro, en los próximos meses y años, en que el país se sigue jugando la vida con la implementación de una nueva constitución. Sujetos emergentes Sin duda nuestra sociedad ha estado cambiando significativamente durante los últimos años con la emergencia de nuevas comunidades, más identificadas como nuevos sujetos sociales o movimientos sociales. Asociados al feminismo, los pueblos originarios, los afrodescendientes, medioambientalistas, de disidencias sexogenéricas, los migrantes, etc. Estos sujetos sociales fortalecen la sociedad, pero al mismo tiempo generan una sociedad nueva, dado que los temas que están en juego son muy distintos a los del pasado. Por tanto estos se constituyen y nacen en torno a otras subjetividades, a otras demandas. Señalando que ámbitos como la pobreza, los trabajadores, la desigualdad, son demandas importantes, pero sólo tocan tangencialmente la reconversión y transfiguración que está viviendo ahora nuestra sociedad. Para ejemplificar este punto, podemos decir que el quehacer de los psicólogos durante muchos tiempo ha consistido en fortalecer la inteligencia, a través de la educación centrándose en paliar los problemas de enseñanza-aprendizaje, asociados a la dislexia, la hiperkinesia, el autismo y otros males, todo ello con el afán de dotar de las mejores cualidades a la comunidad y a la población para sacar adelante al país y permitir así su desarrollo. En cambio hoy, la utopía del desarrollo ha perdido cierta importancia y, la demanda latente son las exigencias de los nuevos sujetos sociales, de las nuevas comunidades. En este sentido si hablábamos antes de inteligencia, hoy día se habla de cuerpo, de afectos, de espiritualidad, de interculturalidad. 136

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