Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria

porque la comunidad necesita para su coexistencia de diversidades, la coexistencia de sus miembros, en las lógicas que plantea Zicri, y por lo tanto, el poder tiene que ser respetuoso y estar puesto en los elementos más locales. Pero a la vez, esa actitud de escucha genuina a las comunidades, conocer, saber cuáles son sus visiones, cosmovisiones, filosofías, ontologías, para que de una u otra forma, la política pública pueda responder a esas diversidades en coexistencia . GONZALO MARTÍNEZ: Genoveva había pedido la palabra. GENOVEVA: Voy a tomar algunas de las cosas que he logrado escuchar y las que no, también. Quiero hacer una pregunta a la presentación de Juan Pablo Correa y tiene que ver con el título de su presentación. Con relación a Zicri, por un lado la tolerancia, la coexistencia, pero por otro lado también, los límites, como plantea ella, que permiten o no permiten coexistir. Ayer también en la mesa del movimiento loco, también planteaban el diálogo con el mundo de la psicología. Entonces, aparece por un lado, la necesidad, la escucha y ahí yo tomo harto a Humberto Giannini y el concepto de tolerancia hospitalaria, que justamente va en la línea de lo que comentaban recién, de que para poder entender al otro, tengo que dejar que él entre en mí, que entren sus ideas, para desde ahí tener alguna perspectiva sobre aquello. Es un concepto que trabajo con estudiantes y que es muy conflictivo porque, por qué voy a dejar que otro entre en mí, qué significa eso, es visto muchas veces como una invasión, como meterse en la mirada del otro. Pero, por otro lado, está este tema del cómo tolerar la intolerancia, o cómo habitar con los que están habitando violentamente el mundo, quienes están construyendo una sociedad violentadora. Entonces, qué hacer ahí. JUAN PABLO CORREA: Mira, agradezco el comentario y la pregunta, en realidad creo que ahí tenemos un tema grande. Voy a decir, primero, que soy de los que está convencido que no necesitamos enamorarnos de todo el mundo para convivir. En realidad uno necesita enamorarse de poca gente, por suerte. Porque si no, sería muy desgastante, si no, no tendríamos fuerza para sobrevivir. Uno se enamora de poca gente y el punto es que no necesitamos enamorarnos de alguien para respetarlo. Creo que esa es la cuestión y hay que hacer esas distinciones básicas. A veces se nos olvida hacer esa distinción, que es la distinción que en el fondo, remite a la diferencia que existe entre la comunidad y la sociedad. La sociedad no es para gente enamorada, la comunidad, sí. En la comunidad uno está con los que se parecen a uno, en el fondo todo enamoramiento es el enamoramiento con uno mismo, también. Es identificación con el otro y es un acercamiento al otro por la vía de la semejanza. Esa es la comunidad. La sociedad en cambio, es mucho más abstracta. Y en ese sentido es mucho más institucional. En la sociedad conviven comunidades muy distintas. Y uno no tiene porqué quererlas a todas. Pero sí tiene la obligación de respetarlas a todas. Por lo menos a todas las que están dentro de ese espacio social que cumple con los mínimos necesarios para poder convivir. Y ahí está la tesis de Zicri que yo comparto, que efectivamente hay algunos con los cuales no podemos coexistir y creo que es una pregunta crucial para una Constitución: con quien no 131

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