Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria
GONZALO MARTÍNEZ: Muchas gracias Zicri. Iluminadoras palabras. Ahora pasamos a una ronda abierta de preguntas. Vamos a partir con una pregunta para Germán, la hizo Areli Escobar. Dice: Muy interesante tu exposición, gracias. Una pregunta, colocas el acento en el aporte profesional para esta ontología política. Si intentamos ir más allá de los dualismos y nos asumimos como profesionales-sujetos-sujetas, ¿cómo nos posicionamos ante el desafío de esta nueva ontología relacional? GERMÁN ROZAS: Bueno, yo creo que el campo de la ontología, el campo de la epistemología y el campo de la metodología, etc., son campos que muchas veces, pertenecen al ámbito universitario. Entonces, sin lugar a dudas todas estas temáticas tienen que buscar la forma de ser aterrizadas al trabajo práctico, al momento de la intervención y a conversar con personas que están en esa comunidad, en esa realidad. Pero, sin embargo, esa conexión existe, estos conceptos que pueden sonar muy teóricos y demasiado conceptuales, perfectamente tienen una representación en la realidad. Por otro lado, yo creo que es claro que hay ciertos focos sobre los cuales hay que poner la atención. Ya mencionamos uno, el tema de la coexistencia, pero la coexistencia significa una conversación entre distintas ontologías y epistemologías. En ese sentido, entender que por ejemplo, respecto de la ontología occidental hay cuestiones que francamente tienen que derrumbarse. Hay cuestiones que realmente tienen que ser aniquiladas. El tema del patriarcado, ya estamos clarísimos que sería uno de esos pilares que hay que derrumbar. Hay otros conceptos como el concepto de evolución. Digamos que el concepto de evolución que puede aparecer como algo natural entre nosotros, desde que crecemos, somos niños, somos adultos, las sociedades evolucionan. Pero es un concepto de la modernidad que precisamente, construye un solo mundo y que dice que las diferencias que hay en su interior son respecto de las evoluciones. Gente que no ha evolucionado, gente que sí lo ha hecho. Entonces, así podemos llegar fácilmente a la conclusión de que el mundo indígena es un mundo atrasado. Es una cultura atrasada que no ha evolucionado. Y ese es el error. Ese es el engaño, ese es el convencimiento, la colonización de la subjetividad. Cuántas veces hemos escuchado a mapuches y a otros indígenas responder cuando les preguntan, qué pueden contar: “no, yo no puedo contar porque yo no sé nada, yo no soy nadie para poder hablar”. Esa construcción de identidad propia es precisamente la que hay que cambiar. Los mapuches, los indígenas, los campesinos, los obreros, los trabajadores, son comunidades que tienen muchas cosas que decir, que tienen una larguísima historia, comunidades que tienen una sabiduría enorme. Entonces, el tema es cómo esas comunidades expresan eso, lo expresan desde la perspectiva de que no se trata de ser evolucionados, que lo que se tiene es ya una evolución, por decirlo así y que lo que se tiene es lo que hay que compartir. Y en ese compartir está la experiencia. Ahora, hay otras cosas que son por ejemplo, casi discusiones políticas, pero que pueden ser muy aterrizadas. O sea, somos chilenos, somos argentinos, somos brasileños, qué es lo que somos. Y resulta que ahí, me parece que hay que hacer una crítica al concepto de lo nacional y entender que lo nacional es una construcción para atrapar a la gente dentro de un territorio y para explotarla. Cuando decimos, somos chilenos, se construye una imagen de que el chileno tiene 108
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