Dossier 2º Congreso Nacional de Psicología Comunitaria

compañeros y de los profesores. Una cuestión que, como profesora que fui, durante diez años en la universidad, escuché de parte de las estudiantes, muchas veces. Y que como estudiante universitaria también viví. El genofemicidio continúa. Nos siguen asesinando en relaciones de pareja, en la trata, en la explotación sexual infantil, en la prostitución, en la defensa de la tierra y las aguas. Y no solo eso, la existencia, la coexistencia se vé además, amenazada por el suicidio y por el suicidio femicida. Hablar de coexistencia en un congreso me parece bastante más fácil de lo que parece. Diversos movimientos hemos venido pregonando y accionando hace siglos, la necesidad de existir y coexistir; los movimientos indígenas, el movimiento negro, el movimiento feminista, el movimiento loco, el movimiento ambientalista de mujeres, LGTBIQA+, campesino, etc. Cientos, quizás miles de movimientos sociales. Entonces, permítanme preguntar ¿qué sucede o ha sucedido en el ámbito profesional académico que llegamos, desde mi punto de vista, atrasadas, atrasados a esta conversación? ¿qué autocrítica necesitamos hacernos para revisar este atraso? ¿qué ocurre al interior de nuestras propias existencias profesionales que aparece como una urgencia, hoy día, en este congreso, por ejemplo, preguntarnos y debatir sobre la coexistencia? Ayer, Matías Asun invitaba a las académicas, a los académicos, a tomarse más poder. Yo lo entendí como un “atrévanse a más”. A esto, yo agrego que la academia necesita más rebeldía, más osadía e involucrarse como sujetos políticos, saliendo de este supuesto rol neutral, que Germán recién señalaba, de un académico neutro, como un psicólogo neutro que entrega insumos para la construcción de políticas públicas en los gobiernos que parecen, sobre todo más democráticos, como fue el de Bachelet y ahora el de Boric. El de Bachelet que, por cierto, ayer Matías Asun, denunciaba que cuando definen un parque nacional Kawésqar, no les entregan el mar a esa comunidad. Una contradicción absoluta. Por cierto, Bachelet también militarizó las comunidades indígenas mapuches en el sur. Se dice que las políticas públicas son para ir a acompañar y aprender de los movimientos sociales, una cuestión que vengo diciendo en estos espacios hace bastante tiempo y junto con otras personas que también pregonamos lo mismo, sin pretensiones de ayuda –como decían ayer los compañeros del movimiento loco-, ni de consejerías, apoyo material para la lucha que adelantan hace siglos y décadas los movimientos sociales y que parece que recientemente la psicología comunitaria comienza a escuchar. La psicología comunitaria lleva mucho tiempo prestando servicios a la institución y seguramente por eso ayer los compañeros del movimiento loco, denunciaban que profesionales de esta sociedad, trabajan con psiquiatras que usan electroshock. Esto es algo que tenemos que erradicar si de verdad queremos coexistir. El electroshock es una de las formas más claras, me parece, de violencia y de no-coexistencia, en contra de una persona. En el 2022 aparece la urgencia de hablar de coexistencia en este congreso, ese es uno de los temas. Yo me pregunto, qué ocurrió. Yo pienso, primero, que es porque el mundo se cae a pedazos, ya no es sostenible, el agua se acaba, estamos en crisis por el calentamiento global, la crisis migratoria, la expansión del extractivismo. Lo sabemos y parece que ahora esta realidad no sólo toca al mundo periférico sino que también al mundo académico. Parece que nuestras existencias profesionales que han sido de 104

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