Ñizolke zugu Dios ñi Nütxam pu Chilemapuche ñi zugun mew:

mántica sugiere la superposición de diferentes influencias que evocan otra vez la pregunta por la proveniencia de esta canción. Por un lado, es de considerar que Miguel de Mauth, 90 cohermano del padre Augusta, publica en 1914 los Cán- ticos Sagrados 91 , un himnario en latín y en español que demuestra su percepción del Psälterlein de Mohr. Augus- ta a su vez publica con Kiñéwn Amuaiyu / Vademecum en 1925 un devocionario bilingüe en mapuzugun y castella- no. 92 Por otro lado, hay dos argumentos que sugieren que estas trece líneas rimadas derivan más bien de la tradición de los villancicos, tratándose originalmente de una com- posición en lengua romance, en este caso castellano, que desde al menos el siglo XV hasta los siglos XVIII y XIX fue habitual cantar en las Iglesias del mundo ibérico en lengua vernácula durante algunos servicios litúrgicos. 93 En primer lugar, podemos observar rasgos semántico-estruc- turales que representan las características de un villancico, estos serían la ternura asociada al niño recién nacido, la humildad del pesebre y la adoración de los pastores junto con la parábola al final que confiere una gran cercanía con todos los estratos de la sociedad. 94 En segundo lugar, cabe señalar que la producción capuchina de dos cancioneros elaborada por los frailes Mauth y Augusta fue posterior a la traducción al mapuzugun del Compendio de Historia Sagrada para uso de los niños que frecuentan las escue- las católicas de 1902. Sin embargo, ya en 1899 se publica con Cecilia o colección de oraciones y cánticos sagrados populares: dedicada a los fieles de los países de lengua espanola en la editorial Herder en Friburgo un cancio­ nero que cuenta también con la aprobación del obispo de Santiago de Chile y el vicario capitular de Ancúd. No obs- tante, nuestra comparación sistemática de las canciones que tratan el nacimiento de Jesús reveló que ni su esquema métrico ni el número de estrofas coinciden con el villanci- co aquí en cuestión. El hecho que los términos gloria y gracia de Dios no son traducidos al mapuzugun mientras que sí ocurre con pichi che , comprueba la adaptación de este villancico na- videño a la “otredad” araucana. Al mismo tiempo, indica más bien el origen latinoamericano de este villancico que Augusta incorporó en 1903 en su traducción al mapuzu- gun del Compendio de Historia Sagrada para uso de los niños (originalmente alemanes) que frecuentan las escue- las católicas . Quedaría por analizar en un futuro si esta canción habría provenido de la tradición latinoamericana religiosa de la orden jesuita, o eclesiástica chilena, dado que los villancicos originalmente rememoran las iglesias y catedrales de la monarquía hispana por lo que representan el corpus más amplio de música del siglo XVII en ambos lados del océano. 95 Respecto al contexto eclesiástico inmediato en el que se incorpora este villancico a la traducción de la versión de Knecht al mapuzugun podemos destacar que desde 1840, toda la región de la futura Prefectura de los capuchinos 90 Nacido en 1872 en Mauth, Baviera, su nombre civil era Leopold Schuster. Ordenado en 1897 como Michael von Mauth, fue enviado a Chile en 1905, entonces su nombre hispanizado fue P. Miguel de Mauth. Murió en 1934, véase Arellano Hoffmann, Holzbauer, Kramer 2006: 490. 91 Publicados en 1914 en Valdivia. 92 El misionero termina este devocionario con el capítulo “Ül – Cánticos” en el cual se refiere expressis verbis al himnarió Cánticos sagrados (1914) de su cohermano, padre Miguel de Mauth, igual que a dos de los himnarios del jesuita Joseph Mohr, Caeciliae (1874) y Jubilate Deo! (1877), más la versión cuadrafónica de la Caecilia , véase Augusta 1925: 107 - 120. 93 Véase Torrente 2016: 433. 94 Ibidem 469. 95 Ibidem 434, para un recorrido de la historia de la composición y distribución de los villancicos ibidem 435 - 532. — xxii —

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