Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable

19 Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable. como producto de la cristalización de rocas y de su progresiva decantación y erosión en antiguos fondos marinos, entendiendo al agua como la única fuerza natural capaz de modelar la capa superficial de la Tierra. El cambio de paradigma sirvió de base para la teoría de diferenciación de estratos y distinción de épocas geológicas, planteada algunos años des- pués por Charles Lyell, otro geólogo escocés, 9 y por Leopold Buch, pa- leontólogo alemán cercano a Humboldt. 10 Extendiendo lo avanzado por Hutton, Lyell llegó a entender los volcanes como parte de un sistema de alcance global y no como fenómenos aislados de combustión superficial. Este conjunto de teorías desencadenó un cambio de perspectiva que alte- ró las concepciones científicas occidentales de escala espacial y temporal. Al igual que otros planteamientos de la historia natural de fines del siglo XVIII —reconocidas por sus propios contemporáneos como revolucio- nes epistemológicas—, las observaciones realizadas en torno a los volca- nes abrieron ventanas al tiempo profundo, expresión que sirvió a Hutton para sintetizar una experiencia que ampliaba el pasado en varios miles de años. 11 El volcán emergió, entonces, como un fenómeno paradójico: manifestación de temporalidades simultáneas de permanencia y cambio, evento fugaz de un proceso que tarda eras en desarrollarse.Y en ese marco, el paisaje geológico cobró un valor analítico equivalente a algunas formas de cartografía, pero con la particularidad de incluir la dimensión temporal de larga duración —captada por la mirada individual, la perspectiva y la experiencia— como un dato de conocimiento de la realidad. La morfolo- gía —aspecto central en la clasificación botánica, tal como era practicada entonces— pasaba a constituir un factor determinante a la hora de des- cribir los fenómenos e inscribirlos en los anales de la geología universal. Describir las formas geológicas orientó las prácticas de exploración de los naturalistas, quienes en sus relatos posteriores se esmeraron en detallar contornos, texturas y tonalidades del paisaje geológico, expandiendo cons- tantemente los límites del lenguaje científico por medio de metáforas y neologismos. Por las condiciones difíciles —a veces extremas— de las ex- ploraciones, la medición de los fenómenos solo podía hacerse por medio de instrumentos básicos como el barómetro, el termómetro, varillas y el propio cuerpo transformado en unidad de medición y experimentación. Todo esto se complementaba con la toma de muestras de rocas y aguas, el reconocimiento botánico y la práctica del dibujo en terreno —que contribuía a dar cuenta del contexto de las experiencias— y los datos ob- 9 Charles Lyell, Principes de géologie, ou illustrations de cette science empruntées aux changements modernes que laTerre et ses Habitants ont subis. (París: Langlois et Leclercq, 1843). 10 Björn Kröger,“Remarks on a scene, depict ing the primeval world – A talk given by Leopold von Buch in 1831, popularizing the Duria antiquior.” In: HiN - Humboldt im Netz. Internationale Zeitschrift für Humboldt-Studien XIV, 27, S, (Potsdam – Berlin, 2013). 11 Stephen Jay Gould, Time's arrow, time's cycle: myth and metaphor in the discovery of geological time. (Cambridge & London: Harvard University Press, 1996).

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