Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable

171 Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable. didáctico para este público y un llamado a la integración en el currículum escolar, esto porque, por ejemplo, el uso somero o directo de la geotermia no es, a la fecha, parte de textos escolares en Chile. 3.5. ¿Cómo comunicar y qué? Dentro de los principales aprendizajes que obtuvimos al realizar los talleres con líderes de pueblos indígenas, está la importancia de comunicar los riesgos de la exploración geotérmica y los tiempos de ejecución de los proyectos. Si bien la energía geotérmica es una energía limpia que cuenta con varias ventajas, como funcionar 24 horas y sin depender del clima, se tiende a comunicar sólo dichas ventajas y olvidar señalar los riesgos e impactos. En este sentido, las principales preguntas fueron: si la geotermia es tan buena, ¿por qué no se desarrolla más en Chile como la energía solar? ¿Qué pasa con los pozos de exploración cuando no se realizan los proyectos? ¿Qué ocurre con los derechos de agua? Abordar este tipo de preguntas es clave para generar confianza entre actores locales sobre el uso de la geotermia, así como también generar espacios de conversación en torno a los tiempos de los proyectos. Este últi- mo punto es fundamental, porque hay una gran diferencia entre los plazos y tiempos de los proyectos geotérmicos en comparación con el resto de las energías renovables, como la solar, por ejemplo. En el caso de la geotermia el recurso se encuentra en el subsuelo, no se ve necesariamente y requiere de una fase de exploración, la que se asocia a investigación superficial o construcción de pozos exploratorios que pueden tardar entre dos y seis años. Luego de esto viene la fase de explotación del recurso, lo que puede tardar otros cuatro años. Por otra parte, otro de los grandes aprendizajes que tuvimos durante 2018 y 2019, años de ejecución de los talleres, fue cambiar nuestro len- guaje como investigadores. Si bien todas nuestras actividades partieron de una base democratizadora y con un afán de diálogo, en el andar de los en- cuentros territoriales fuimos adaptando nuestro lenguaje. En un taller con dirigentes de pueblos indígenas enTemuco, en la primera sección se señaló que en Chile existe volcanismo activo y que en el cordón montañoso hay al menos 90 volcanes activos, y cientos inactivos. Ante esta explicación, una dirigente pide la palabra y dice: “No estoy de acuerdo. Para nosotros los volcanes, independiente si tienen actividad, están vivos y si no han tenido una erupción es porque están dormidos, no porque están inactivos” . Fue así como fuimos adaptando nuestras palabras e incorporando el conocimiento local en nuestro quehacer, además de hacer esfuerzos especiales para exponer los plazos de los proyectos y las afectaciones pues, si bien son bajas y la geo- termia es una energía limpia y renovable, cualquier tipo de intervención en el territorio implica un impacto.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=