Policy Brief: recomendaciones para la consideración del ambiente alimentario doméstico en las intervenciones alimentario-nutricionales

9 mendación requiere de capacitación de los equipos de salud en el uso de esta herramienta. 4.2.2 Se recomienda incorporar visitas domiciliarias de alimentación y nutrición Estas visitas permitirían transitar a un modelo de salud fami- liar en que el hogar pase a ser la unidad de intervención en esta problemática, pasando de lo individual a lo colectivo. Escoger la intervención en el ambiente alimentario domés- tico es un abordaje que posee un carácter colectivo de in- dagación, involucrando en la observación a diversos actores (madres, padres, niños/as, figuras de apoyo en la crianza, redes locales, etc.), evitando una estrategia de corte exclu- sivamente individual, pero, además, abocada a comprender las maneras en que las socializaciones y transmisiones se lle- van a cabo en los contextos cotidianos circunscritos en sus territorios. 4.2.3 Se recomienda implementar en forma efectiva la atención nutricional (y de salud) por un equipo multidisciplinario. Una mirada integral implica complementar la mirada técnica nutricional con otros elementos socioculturales del contexto en el que viven las personas. La alimentación es un hecho social complejo, lo que nos obliga a pensar intervenciones transdisciplinarias, que ponderen elementos económicos, so- ciales, culturales y psicológicos al elaborar planes e interven- ciones. El trabajo en duplas (ya utilizado en atención primaria para visitas domiciliarias), puede ser pertinente tanto para el diagnóstico como las intervenciones terapéuticas de la mal- nutrición con enfoque familiar en el ambiente doméstico. 4.3 Programa Vida Sana 4.3.1 Se recomienda incorporar intervenciones familiares o del hogar al Programa Vida Sana de Atención Primaria de Salud. Aunque este Programa declara la promoción de hábitos sa- ludables a nivel familiar, no incluye intervenciones especial- mente centradas en la familia o el ambiente alimentario do- méstico; solo contempla una actividad recreativa familiar por mes, durante los seis u ocho meses de la intervención. Las intervenciones familiares o del hogar que recomendamos, no deberían ser de carácter electivas (como lo es, actual- mente, la participación de familiares en los Círculos de Vida Sana). El objetivo es cambiar el foco individual de transfor- mación al foco de cambio familiar o colectivo. Las dinámicas relacionales al interior del hogar no abordadas, tienden a perpetuar los malos hábitos alimentarios. No es posible pen- sar en un niño o niña comiendo solo ensaladas mientras el resto de la familia come pan, cecinas y dulces. Fotografía. En el centro se observa una olla de porotos con un cucharón metálico y otra cuchara de madera.

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