Policy Brief: recomendaciones para la consideración del ambiente alimentario doméstico en las intervenciones alimentario-nutricionales
7 Fotografía. En el centro se observa un local de verduras en una feria. Al fondo dos per- sonas mayores intercambiando una bolsa con verduras. evaluación realizada al Programa en el año 2016, mostró una tasa de deserción de 86% (Ministerio de Salud. Gobierno de Chile, 2016), indicando que la composición y funcionalidad familiar son elementos clave del ambiente doméstico y que constituyen un determinante de la adherencia (Ministerio de Salud. Gobierno de Chile., 2018). Esta evaluación mostró que las mujeres con hijos/as tienden a abandonar más, así tam- bién si tienen problemas relacionales o pertenecen a hogares monoparentales. El factor tiempo surge también con mucha fuerza como una barrera para la asistencia y para el cambio conductual (Ministerio de Salud. Gobierno de Chile, 2018). Evi- dencia a nivel internacional ha demostrado que este tipo de intervenciones son más efectivas cuando se incorpora a otros miembros de la familia, especialmente cuando se aborda la obesidad infantil (Berge y Everts, 2011; Landgren et al., 2020). Finalmente, el modelo de atención de salud familiar y comu- nitario en Chile se basa en la constatación de que el indivi- duo no es un ente exclusivamente biológico, y que se debe incorporar en su análisis una dimensión psicosocial y familiar. Este modelo es definido como “ el conjunto de acciones que promueven y facilitan la atención eficiente, eficaz y oportu - na, que se dirige más que al paciente o la enfermedad como hechos aislados, a las personas consideradas en su integra- lidad física y mental, como seres sociales pertenecientes a distintas familias y comunidades, que están en permanente proceso de integración y adaptación a su medio ambiente físico, social y cultural ” (Ministerio de Salud. Gobierno de Chile., n.d.-b, p.12). Este modelo establece tres principios irrenunciables, debe ser centrado en la persona, integral y dar continuidad al cuidado; además, considera, de manera irrevocable, el AA doméstico en su implementación, toda vez que el contexto primario de cualquier individuo es el hogar. Sin embargo, ha sido difícil traducir estos planteamientos teóricos a la práctica clínica (García-Huidobro et al., 2018; Louro, 2005) y la mayor parte de los instrumentos normati- vos del Ministerio de Salud siguen orientados al trabajo indi- vidual más que familiar o comunitario. Las razones para esto son múltiples, desde la falta de coherencia entre normativas y programas, hasta la cultura de atención de los equipos de salud y la falta de recursos y competencias de los y las profe- sionales de atención primaria (Egaña y Barría, 2015).
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