Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes
98 E scritura e inclusión en la universidad . H erramientas para docentes tes reconozcan las expectativas para el desarrollo de una tarea de escritura, debemos ha- cer lo siguiente: • Develar el significado de la tarea, tal como lo señala Jim Burke, al socializar la tarea con el fin de crear un entendimiento compartido de la actividad. • Proporcionar respuestas modelo y demostrar cómo leer y escribir textos a modo de ejemplo. • Compartir rúbricas, pautas de cotejo y otros recursos que muestran los requisitos y ob- jetivos de la tarea. Cuando diseño una tarea, preparo modelos relacionados, pautas de cotejo y estructuro el trabajo de los estudiantes para poder comprobar su comprensión en varios puntos del proyecto. Cuando expongo la tarea a la clase, hablo tanto de ella como de las expectati- vas relacionadas. La evaluación comienza entonces en esta primera etapa, cuando discu- timos las expectativas con la clase. Proporcionar apoyo y materiales explicativos Aunque la tarea y las expectativas finales pueden ser claras, los estudiantes aún necesi- tan apoyo para hacer su mejor trabajo. Una tarea de escritura efectiva proporciona recur- sos adicionales que apoyan y comprometen a los estudiantes a lo largo de su proceso de escritura. El diseño de una tarea implica crear y reunir toda una colección de recursos: • Estructuras organizativas y material que apoye el proceso de escritura. • Múltiples oportunidades para escribir en función de diferentes propósitos y audiencias. • Escribir para reunir y pensar las ideas. • Recursos que se ocupan de las convenciones estándar sobre la edición de textos. • Oportunidades y apoyo para la lectura y el debate entre pares, así como reuniones uno a uno entre estudiantes y profesores. Al crear las instrucciones de una tarea, remito a los estudiantes el apoyo y recursos que pueden consultar durante el desarrollo de su trabajo. Por ejemplo, les indico las personas y textos que pueden ofrecerles orientación. Podría además incluir detalles específicos de los diferentes materiales que los estudiantes compartirán conmigo y con los demás, y también podría mencionar los documentos y recursos adicionales que estarán disponi- bles durante etapas posteriores del desarrollo de la tarea, como organizadores gráficos y pautas de evaluación por pares. Con una gama tan amplia de materiales en juego, podría parecer como si en vez de dise- ñar una tarea de escritura estuviera creando una unidad o plan de actividades del curso. Cuando empiezo a sentirme abrumada por ello, me recuerdo a mí misma que esta infor- mación y apoyo es también parte de la propia tarea de escritura. No voy a solicitar un producto final que aparezca milagrosamente, sino una actividad que invite a pensar y explorar y que además considere un texto escrito. Gardner, 2008, pp. 35-37; traducción propia P reguntas sobre la lectura a. ¿Qué es lo que le resulta más difícil al momento de diseñar una tarea de escritura, se- gún Gardner? b. ¿Por qué es tan importante para la o el estudiante identificar el tipo de audiencia a la cual se le escribe? c. ¿Por qué, según la autora, una tarea de escritura debiese ser pensada más bien como un “plan de actividades”? Continuación…
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