Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes
55 C apítulo 1. ¿C ómo incorporar escrituras diversas en el aula ?... (bailes, música, tejidos, etcétera) son conocimientos valiosos muchas veces en riesgo de desaparecer como consecuencia de los cambios socioculturales; o son manifestaciones que necesitan ambientes ricos en creatividad, como el universitario, para desarrollarse (p. 19). Así, se plantea como visión que los docentes de su casa de estudios pre- senten algunas características consecuentes con esta necesidad: entre ellas, que “respetan los derechos humanos, reconocen la diversidad y promueven la ciudadanía y la integración” y que “conocen y aplican di- versos métodos, recursos y procedimientos de enseñanza y evaluación, estimulando en los estudiantes el deseo de aprender, investigar y traba- jar en equipo” (p. 35). Otras universidades del entorno latinoamericano plantean principios semejantes: por ejemplo, ya desde 1992, la Pontifi- cia Universidad Javeriana de Colombia, en su Proyecto Educativo, pro- cura que “todos participen pensando y actuando, no que todos piensen y actúen de la misma manera” ( puj , 1992), mientras que la Universidad de Santiago de Chile afirma que “el ejercicio de la docencia requiere la consideración de la heterogeneidad del estudiantado y de sus conoci- mientos previos” ( usach , 2014, p. 24). Como ya se ha mencionado, las prácticas letradas vernáculas remiten a amplios ámbitos de la identidad de las y los estudiantes, por lo que vi- sibilizarlas, discutirlas y enriquecerlas en el aula tributan a aprendizajes significativos y consistentes con una visión diversa de lo que representa la educación superior. Lucia Thesen (2015) argumenta que este trabajo es necesario pues el mero acceso formal a la universidad no asegura el ac- ceso epistemológico a la cultura académica y, por lo tanto, una pedago- gía de la escritura que sea sensible a la diversidad del estudiantado debe trabajar con las literacidades vernáculas, con la identidad de las y los es- tudiantes y con la potencialidad reflexiva y exploratoria de la palabra es- crita para abordar cuestiones de pertenencia. En esta misma línea, Virginia Zavala (2019) introduce la noción de justicia sociolingüística para visibilizar la función del lenguaje en las desventajas de ciertos sectores de la sociedad en el sistema educativo. Así, propone que las instituciones educativas están llamadas a valorar la diversidad lingüística, tanto en las formas como en las prácticas; le- gitimar los repertorios lingüísticos de las y los estudiantes en todas sus esferas sociales, y a fomentar el acceso a las prácticas académicas domi- nantes, no solo desde los aspectos de superficie, sino también desde los discursos y las epistemologías. Zavala propone que esta justicia sociolin- güística se logra adoptando una perspectiva crítica:
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