Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

54 E scritura e inclusión en la universidad . H erramientas para docentes Como se ve, el trabajo deliberado y reflexivo sobre la actividad de es- cribir permite a esta estudiante integrar sus “esferas de escritura” en una sola identidad armoniosa: “yo como escritora”. Actividades similares po- drían ayudar a las y los estudiantes a comprender el doble ejercicio im- plicado en aprender la escritura académica: por un lado, es un ejercicio personal, en la medida en que ayuda a desarrollar una parte de la pro- pia identidad (en este caso, académica o profesional) y, por el otro, es un ejercicio colectivo que permite relacionarse con otras personas que par- ticipan de una misma comunidad de práctica en la disciplina a la que ingresan como estudiantes universitarios. Ambas caras implican un tra- bajo extendido en el tiempo y en el que la trayectoria previa y la agencia de los sujetos cumplen roles fundamentales, por lo que no existe un solo camino ni un solo resultado en el proceso de aprendizaje de la escritura académica. 2.2. Diversificar la escritura para diversificar el aula La diversidad de la escritura y de las y los escritores puede entenderse también desde una perspectiva más amplia de modernización de la en- señanza para la equidad e inclusión universitarias. Ante la diversifica- ción del estudiantado y el aumento de la matrícula, instituciones como la Universidad de Chile han llamado a reconocer explícitamente esta nueva diversidad del aula e incorporarla como un desafío que no difi- culta, sino que tributa a la calidad de la educación, pues “se sustenta en la necesidad de construir sociedades democráticas que brinden a todas las personas oportunidades de desarrollar sus potencialidades persona- les y profesionales” (Universidad de Chile, 2018a, p. 15). En su Modelo Educativo puntualiza, además, que “la diversidad, como condición de inclusión, no solo abarca los aspectos socioeconómicos, sino también condiciones asociadas a la pertenencia étnica y cultural, la situación de discapacidad, las identidades de género y diversidad sexual, entre otras” (p. 15). Un planteamiento similar formula la Pontificia Universidad Católica del Perú, al manifestar en su Modelo Educativo (2016) que la masificación del acceso incorpora a la universidad jóvenes con di- versos grados de proximidad cultural respecto del patrón sobre el que la universidad organizaba su proceso formativo, planteando de esta manera retos no solo pedagógicos sino también éticos e institucio- nales. Por otro lado, la cultura y sus diversas expresiones artísticas

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