Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

268 E scritura e inclusión en la universidad . H erramientas para docentes cias entre ámbitos (García Negroni, 2008; Navarro & Caldas Simões, 2019). b. Preferir las oraciones breves, entre puntos y seguido. c. Preferir un estilo más verbal, cercano a la oralidad, con un número parecido de nombres y verbos por oración, en vez del estilo nominal (abundancia de nombres, complementos del nombre, aposiciones no- minales o sin verbo flexionado), que incrementa la abstracción, elimi- na los sujetos verbales y se aleja del habla. d. Prescindir de redundancia (adjetivos, especificaciones, obviedades, etc.). Al decir lo mismo con menos palabras, el texto adquiere más claridad y fuerza. Mis doctorandas aprecian mis correcciones de estilo, encaminadas a eli- minar palabras gratuitas, porque reducen la extensión del texto y así pueden cumplir con los requerimientos de brevedad de las revistas. La capacidad de enunciar una idea con pocas palabras, de manera directa y significativa según el contexto, resulta esencial. 3.9. Manejar la tecnología Otra cuestión relevante es el dominio tecnológico. Las doctorandas más experimentadas con el ordenador y los programas avanzan mejor que las que tienen dificultades o menos interés en este componente. Muchos programas de doctorado incluyen formación inicial y asesoría en el uso de programas específicos de procesamiento y análisis de datos ( atlas . ti, nv ivo), de búsqueda en bases de datos o en redes sociales o incluso de redacción (LaTeX). Pero ello no evita las dificultades, como muestra el caso 13. C aso 13. C arlos : manejar equipos informáticos Carlos tenía 58 años, enseñaba idiomas y era autor de libros de texto. Su motivación para cursar el doctorado era personal, como un reto intelectual coincidiendo con los posgra- dos que cursaban sus hijas. Los primeros escritos que presentó delataban poca destreza con el ordenador. Activando el comando de signos ocultos (final de párrafo, espacios en blanco) se veía que el escrito se había compuesto con la lógica de una máquina de escribir: con fin de párrafo en cada final de línea, usando el espaciador para centrar los títulos o marcar los sangrados, o con errores típicos de tipografía: confusión entre raya y guion, uso de apóstrofes como tildes, abuso de caja alta o mayúsculas, etc. Al hablarle de estos problemas, Carlos reconoció que no tenía experiencia informática y que sus hijas le ayudaban. Pero Carlos escribía bastante bien. Mis correcciones, más

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