Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

261 P osfacio Una distinción clave es si la metodología de análisis está consolidada y contrastada o no. Si lo es, la doctoranda solo debe replicar con sus da- tos un procedimiento conocido. Son ejemplo de ello los casos 2 (Análi- sis de género discursivo), 3 (Etnografía digital, en parte colaborativa) o 5 (Teoría de la argumentación y Retórica contrastiva). Por supuesto, esto no significa que no haya dificultades o incidencias en la labor, como mues- tra este caso 9, que utiliza técnicas cualitativas de análisis suficientemen- te experimentadas con la Etnografía lingüística: C aso 9. E lena : descubrir lo que ocultan los datos Elena investigaba el desencuentro (cultural, pedagógico, lingüístico) que viven migran- tes y refugiadas al llegar a España e iniciar el aprendizaje de la lengua. Quería explorar cómo se enfrentan a una lengua, cultura y comunidad nueva adultas procedentes de zo- nas lejanas, con lengua materna tipológicamente distante y con grandes diferencias en las prácticas sociales, culturales y religiosas. Adoptó el punto de vista de la aprendiz: sus representaciones, actitudes y opiniones, sus estrategias, etc. Ante la imposibilidad de estudiar colectivos diferentes, se centró en las paquistaníes instaladas en el barrio del Raval de Barcelona. Prescindo aquí de las enormes dificultades que tuvo que superar (lengua de comunica- ción, desconfianza por ser mujer, malentendidos culturales graves) para acceder a las informantes y recopilar datos a partir de observaciones de clase, entrevistas en profundi- dad, análisis de materiales didácticos, producciones escritas de las migrantes, etc. Iban pasando los meses y, en cada tutoría, Elena decía “no veo nada”, “no hallo nada que sea interesante”. Mi respuesta era la misma: “los resultados están en tus datos, delante nues- tro, pero todavía no sabemos verlos; necesitamos más ‘extrañamiento’”. La etnografía re- quiere tiempo; hay que empaparse de la cultura del objeto de estudio para darse cuenta de sus particularidades, para identificar las diferencias y describirlas de manera émica. Decidimos ampliar el corpus con entrevistas a docentes experimentadas en este contexto de enseñanza de segundas lenguas. Algunas llevaban tiempo dando clases de español a paquistaníes y habían identificado varios rasgos o particularidades, que podían explicar con concreción y ejemplos. Ello orientó su análisis de los datos durante la elaboración del informe etnográfico final. Finalmente, la tesis se defendió con brillantez (Merino Jular, 2012), pero estoy conven- cido de que, con algunos meses más de revisión de las categorías y subcategorías de análisis, Elena hubiera obtenido resultados más finos: unas pepitas de oro más grandes, brillantes y pulidas. En este caso, pese a que las técnicas de análisis son conocidas, la doc- toranda necesita tiempo para aprender a usarlas. Cuando los métodos son menos contrastados o cuando hay que crearlos o adaptarlos para datos novedosos, entonces el análisis incrementa su complejidad y re- sulta más exigente y delicado. Es algo bastante corriente trabajando en la red (redes sociales, youtubers, mensajería) o con datos poco conocidos (videojuegos, cómics), como muestra el caso 10:

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