Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes
249 P osfacio sabiendo que su propuesta debe conectarse con los intereses de su directora. Esta sutil forma de negociación y colaboración entre joven aprendiz e investigadora sénior me parece más enriquecedora. Que la joven aporte su agencia (ideas, puntos de vista, perspectiva) al campo de investigación de un grupo ya asentado puede ser beneficioso para todas, como muestra el caso 13. • Extensión . Sobre todo en Ciencias humanas y sociales la tesis sigue siendo un “tostón” grueso, un volumen (o varios) de centenares de pá- ginas, que acaba siendo “la obra de una vida”, con muchos años de de- dicación e incluso sacrificios. Pero esto está cambiando y empezamos a ver tesis de mucha calidad con menos de 200 páginas, realizadas en tres años. Muchas universidades empiezan a poner límite al “reloj” para realizar una tesis, limitando el número de prórrogas posibles; el sistema de evaluación de los programas de doctorado penaliza los promedios largos de ejecución de una tesis; varias becas competitivas de doctorado empiezan a premiar a las becarias que acaban su tesis antes (en vez de respetar a las que, pese a tenerla acabada, prefieren agotar todos los plazos para poder disfrutar hasta el final de la beca). Esta extensión breve y esta dedicación más moderada en el tiempo encajan mejor con la publicación científica real ( papers breves, comu- nicaciones de pocos minutos en congresos) y con la priorización de los datos empíricos, en vez de extensos y detallados estados del arte. 3. C laves 3.1. Aceptar doctorandas Todo empieza cuando recibes un correo de una candidata o cuando una estudiante de máster deja caer, de modo implícito, que está pensando cursar el doctorado... La casuística varía en cada país, como también el estatus, la tradición o las prácticas de doctorado. Yo pido siempre a cualquier candidata un currículum vitae conciso y actualizado y una justificación breve de su propuesta. Y así empieza la sutil negociación entre candidata y supervisora para averiguar si sus intereses encajan. En mi opinión, la directora ideal debería ser: i) especialista en el cam- po de estudio; ii) miembro de un proyecto competitivo de investigación (lo cual aporta financiación para asistir a congresos); iii) avaladora de una beca predoctoral (lo cual exige tener currículum de investigación, tesis ya defendidas y artículos publicados en buenas revistas); y iv) po-
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