Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

134 E scritura e inclusión en la universidad . H erramientas para docentes Extracto: “Los medios de comunicación reflejan lo que la sociedad piensa en conjunto, o simplemente reflejan la jerarquía de ideas. Las mujeres son retratadas en los medios como cabezas huecas”. Fragmento del comentario del tutor: “En términos de un ensayo académico, no se vería muy bien” (Lillis, 2001). La orientación de la escritura que se hace patente en la asunción del tutor es claramen- te normativa. Hay un enfoque textual, el tutor trabaja con suposiciones acerca de lo que la escritura académica del estudiante debe o no parecer y cómo debe sonar, y refleja su- posiciones de un discurso sobre lo apropiado en textos académicos. En este caso, cier- tas expresiones como ‘cabezas huecas’ son inaceptables. Este tipo de comentarios en las evaluaciones no es sorprendente y, además de un cierto distanciamiento de la tutora al señalar que ‘no se vería bien’, es la clase de comentario que se espera de nosotros y otros como evaluadores dentro de un régimen particular. En este régimen, tenemos una res- ponsabilidad ética de hacer visibles aspectos de las convenciones dominantes (Lillis, 2001). Sin embargo, lo que me preocupa aquí es la orientación de la asunción potencial de mí misma como investigadora y analista cuando trato de entender la escritura como fenóme- no. Existe el peligro de que me deslice hacia el régimen evaluativo de la institución y que me centre solo en lo que parece ser ‘incorrecto’ o ‘inadecuado’, basándome en un con- junto de nociones ampliamente utilizadas en los estudios de la escritura y que incluyen: 1. Orientaciones binarias hacia el habla y la escritura. Se interpreta el escribir en oposi- ción al hablar, y categoriza como inapropiados ciertos usos retóricos, como la frase ‘cabezas huecas’. 2. Orientaciones binarias hacia el ‘estándar’ y el ‘vernáculo’. Se trabaja dentro de un mar- co de referencia que sitúa las categorías ‘estándar’ y ‘vernáculo’ como discretas, que pueden utilizarse para legitimar afirmaciones sobre el uso del lenguaje escrito. 3. Orientaciones normativas hacia los géneros. Suponen que el ensayo es un fenómeno homogéneo y, por lo tanto, que ciertas prácticas discursivas y retóricas son –o no– aceptables. 4. Orientaciones binarias y normativas de las trayectorias de participación. Se conciben tanto la escritura como su respuesta desde la relación experto-novicia. En ese sentido, la estudiante escribe como lo hace debido a su posición como principiante en la aca- demia, suponiendo que, si ella fuera una ‘experta’, no escribiría así. Aunque cada una de estas nociones ha sido problematizada teóricamente, continúan impregnando implícitamente gran parte de nuestras conceptualizaciones de lo que es y debería ser la escritura académica. Si nos quedamos en este marco, no llegaremos a en- tender el fenómeno que estamos tratando de entender. En este caso, si extiendo mi mira- da incluso un poco, a través de una orientación etnográfica que implica mirar la escritura desde la perspectiva de la estudiante, desarrollaré una comprensión diferente sobre por qué ella escribe de esa manera. A continuación presento un fragmento de una entrevista que buscaba explorar la razón por la que Reba escribe de esta manera: T: ¿Puedes pensar en otra palabra o palabras en lugar de “cabezas huecas”? R: Mmm, en una manera despectiva. Pero no me gusta usar estas palabras porque suena como si fuera copiado de algún lugar, no suena como mi trabajo. Continuación…

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