Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes
12 E scritura e inclusión en la universidad . H erramientas para docentes textos como el parcial domiciliario y la reseña, en tanto formas relativa- mente estables de participar en las carreras que tode estudiante necesita conocer y hacer suyas. Además, el equipo autoral provenía del área de la didáctica de la escritura e hizo una pequeña investigación situada y bibliográficamente informada para fundamentar las propuestas pedagó- gicas. Los ejemplos y actividades se basaron en ejemplares reales, estu- diantiles y expertos, validados en su contexto disciplinar. El manual se probó en cursos de escritura antes de su publicación, y se formó un equi- po de estudiantes avanzades como tutores de escritura en aula y como responsables de varios de los capítulos, reconociendo sus roles periféri- cos legítimos y la utilidad de sus saberes y experiencias. Además, el libro incorporó una tradición típicamente argentina: incluir lecturas teóricas breves sobre escritura para formar escritoras y escritores conscientes de sus decisiones. Otra de las novedades fue la inclusión de un capítulo es- pecífico sobre oralidad académica. Pero el libro, más allá de sus aportes, tenía un problema teórico in- trínseco: suponía que conocer un conjunto de géneros discursivos de for- mación tradicionales era suficiente para transitar las carreras en las que se solicitaban. Esto implica pensar que escribir es conocer un catálogo de clases de textos según el contexto, implícitamente estáticos y abar- cables. Éramos conscientes de este problema, y por eso intentamos ba- lancear esta tendencia a la “enciclopedia de géneros” con invitaciones al trabajo e investigación con géneros distintos que el manual no podía anticipar. El libro tenía otra limitante: colocaba la responsabilidad exclu- sivamente en les estudiantes, sin problematizar demasiado qué géneros se solicitaban en el aula y por qué. En realidad, los géneros discursivos son infinitos, diversos, dinámicos, en constante tensión y negociación de une docente a otre, de un año a otro, de un aula a otra. Y, más aún, mu- ches docentes no saben muy bien qué géneros solicitar, cómo enseñarlos ni cómo evaluarlos. ¿Cómo adaptarse a propósitos y especificidades del tipo “sea clare”, “investigue sobre este tema” o “refleje su investigación”? Casi un lustro más tarde, en 2018, coedité el Manual de lectura, es- critura y oralidad académicas para ingresantes a la universidad y el Ma- nual de lectura, escritura y oralidad en economía y administración , de vuelta en la Universidad Nacional de Quilmes. Estos manuales, pensados como dos hitos obligatorios y consecutivos en la formación de escritoras y escritores, aprovechaban ciertos aprendizajes previos. En lugar de ser genéricos para toda la universidad, se anclaban en demandas y prácticas letradas de un área y departamento específico de la universidad (Econo- mía y Administración). En lugar de enseñar un catálogo de géneros dis- cursivos, se centraban en un conjunto de competencias letradas clave
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