Repensar la investigación literaria en tiempos de crisis

Repensar la investigación literaria en tiempos de crisis 71 reconocimientos públicos del dictador de turno, los monumentos que legitiman los gobiernos engendrados por la Revolución Mexicana. Por el contrario, es abajo donde está aquello que omiten las fantasías progresistas asociadas a la industria del petróleo, las bombásticas alabanzas públicas y los angelicalesmitos legitimadores. En la novela de Núñez, es “abajo” donde se ubican los barrios miserables de Isla Margarita y de la Isla de Cubagua; asimismo, es esa la dirección que tienen que seguir los buzos indígenas que trabajan en los placeres de perlas, ante la ausencia de mejores perspectivas laborales. Algo similar ocurre en Pedro Páramo, puesto que Comala es, ante todo, uno de esos pueblos condenados al olvido y la miseria por gobiernos que, si bien se presentaban como revolucionarios, privilegiaban los intereses de los sectores industriales. Otro aspecto que las novelas de Núñez y de Rulfo tienen en común se relaciona con el pasado colonial. En ambos casos, el descenso también implica el acceso a una dimensión del pasado que la historia oficial omite. Así, el protagonista de Cubagua “descenderá” al pasado de la Conquista y tomará conciencia de lo que significó la barbarie de los españoles. Algo parecido ocurre en Pedro Páramo , en que el descenso de Juan Preciado no solo le permitirá conocer cuán terrible fue la brutalidad de su padre, el cacique epónimo, sino también que la revolución y los gobiernos que engendró hicieron bien poco por mejorar la situación de los comaltecos. Lo que hay “abajo” en El Señor Presidente es distinto: no corresponde a barrios o pueblos miserables (lo que no significa que el problema de la pobreza no sea abordado) ni al pasado (colonial o reciente), sino que se trata de la cárcel de la dictadura, los tenebrosos calabozos donde son confinados y torturados todos aquellos que, desde la perspectiva del poder omnímodo, se teme que podrían hacer peligrar la estabilidad del régimen. Pese a esta diferencia, lo cierto es que las tres novelas implican un movimiento catábico que convierte a los lectores en espeleólogos que exploran las profundidades de ciertos proyectos modernizadores y que descubren que sus fundamentos no son el consenso, la búsqueda del bien común y el Estado de derecho, sino la exclusión y la violencia política, y principios económicos que se remontan a la colonia. Ahora bien, resulta importante recalcar que esta situación forma parte del orden socioeconómico problematizado en las novelas: el terrorismo de Estado que ejercen los esbirros del

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