Repensar la investigación literaria en tiempos de crisis

28 Nada en los bolsillos Se nos cayó la cara al suelo, luego, como un fruto, aplastado al pavimento, y con un dolor lento, sufrimos, tal como si caminásemos hacia atrás. Se nos cayó todo al suelo, y nada nos quedó entre los bolsillos. La marejada, se llevó hasta el alma de los débiles. El fruto rodó hasta nuestros pies con malvadas intenciones, como si nos quisieran poner en guerra. No llegó la micro, no llegó la vida. No fue fruto sereno para nuestras almas, ni encantamiento nocturno. Una espera eterna, casi un asalto, donde no hacíamos más que mirar hasta el fondo de la calle. El triste Bufón de Santiago Por Nicolás Albornoz Adiós, fuego Lo han metido en una caja. Doce bellas noches con sus manos aguadas tomaron el cuerpo de aquel divino hombre, como si fuera un fósforo para ser encendido. Triste luna nueva que creces en flor. Y a aquel fuego que iba quemándose los dedos, espíritu ficticio de audacias melancólicas, lo han metido en una caja. De maderas alegres cerradas con clavos de olor.

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